Koi No Yokan 恋の予感 [ Muzan Kibutsuji ] COMPLETA

Séptima parte

Una fuerte corazonada la despertó, abrió sus ojos de golpe y miró a su derecha; la espada descubierta de Giyuu, quien permanecía dormido a su lado. Notó lo profundamente dormido que se encontraba, y con sigilo se levantó de la cama.

Sentí como sus latidos se aceleraban, casi que sentía su pecho salirse. 

Soltó un gran suspiro, decidió iba a echar un vistazo afuera, agarró su kimono del suelo y se abrigó, partiendo de la habitación. Al salir caminó en silencio hacia donde se encontraba Yuuki, ya que Hanan sentía que era una corazonada de madre.

Dio una pequeña ojeada en la habitación de Yuuki, su cortesanas estaban en la habitación junto a Yuuki, todos se observaban tranquilos. Hanan frunzo el ceño, ¿Qué la había despertado?

Con valentía, decidió que era momento de ir afuera de su hogar, sentía su corazón más inquieto, no podía descansar en ese estado.  Estaba helado afuera, muy oscuro, solo las candelas mantenían un poco de luz, y por supuesto, la luz de la luna iluminaba su vista. Su corazón dio un vuelco cuando notó a una persona entre los arbustos.

Un corazón inquieto jamás se equivoca.

El hombre mantenía su mirada en Hanan, pero esta era una mirada diferente.

— ¿Sabes cuánto te amé? —habló algo seco, algo dolido, algo diferente.

Y el corazón de Hanan dio un vuelco. Y buscó su mirada.

Tenía su mirada en ella, y la luz de la luna hacía que notara su pupila dilatada, Hanan por unos momentos se sentía tonta, tantos años huyendo de él y hoy quiere buscar su mirada.

— Si me hubieras amado tanto como dices, tuviste que empezar primero por respetar a mi padre. —soltó sin más.

Hanan sintió como en un movimiento veloz, Muzan quedó frente a ella.

Y observó algo que nunca jamás pensó ver en su vida, unos ojos llorosos de su antiguo amante de la noche.

...—Hanan, he vivido muchos años. —comenzó. —Hice cosas terribles también..

Hanan comenzaba a sentir nerviosa.— Todo para conseguir una cura, quería dejar de ser un monstruo pero al pasar de los años me hacía cada vez peor.

La mujer mantenía silencio.

—Me aferré tanto a mi posible cura. Para los humanos moribundos el convertirse en demonio lo alivianaba de sus males, sin saber que todo tiene un precio en la vida...

— Acaso dices... que como tu no pudiste salvarte, ¿condenaste a quien se te acercase? —murmuró.

Con pena, asintió.

—Cuando estaba decidido a finalizar todo, incluso conmigo mismo... te encontré cerca de la estación del tren.—continuó.

—Volví a sentir la humanidad que había perdido. Por unos momentos quería dejar de ser yo; pero todo estaba tan de prisa, que te herí de la peor forma. ¿Cómo puedes perdonarme?

Hanan no entendía como Muzan buscaba su perdón después de tanto, tuvo tantas oportunidades de lastimarla y las aprovechó. ¿Cómo perdonar a un asesino?

— La única manera en la que te perdone... es que esperes el amanecer.

No sabía si realmente no le importaba que muriese, pero algo si sabía; que su hijo se mantendría con seguridad. Muzan bajó su mirada, tanto poder, tanto deseo... ¿para qué?

—Si eso te mantiene tranquila, y lograrás perdonarme. —buscó la mirada de Hanan, quien se mantenía seria. —Haré tu voluntad, Hanan Ubiyashiki.— determinó.