12Boketto

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Acto de perder la mirada a la distancia.

Hanan insistía en sus adentros, todo el amor que sentía por Muzan era dañino, para todos menos para ella.

— ¿Qué quieres decir, Tamayo?

El miedo invadió el cuerpo de la chica pelinegra, se preguntaba que tenía ella que sería tan fatal para todos. Tamayo corta la mirada con la joven, y mira hacia la ventana de igual manera que lo hacía Hanan.

Soy un demonio, Hanan. Sé lo que veo. Eres la tentación más grande para nosotros.

Hanan la mira esperanzada de recibir más información pero esta en vez de responderle, pone su mano en la mejilla de la joven. El hecho de ser llamada tentación por Tamayo le resultaba aterrador, era la segunda vez que lo escuchaba.

Tamayo, yo no estuve con él. —suspiró.

La mujer la mira, por supuesto que no había estado con él, con solo observarla y tocarla supo que no había alguna alteración en ella, ninguna señal de que albergaba vida en su interior, seguía con ese olor de pureza. Tamayo decide quitar la mano de su mejilla.—  Lo sé, me parece que tu padre debe ser más observador.—suelta una risa.

La mejillas de Hanan se tornan rosadas, hablar de esos temas le resultaba vergonzoso. Tamayo deja de reír, y la advierte.— En cuanto suceda, debes decirme. Nadie más podría ayudarte.

Los comentarios de Tamayo eran sin sentido para la chica, ella hablaba de un peligro, pero Hanan solo veía alguien enamorado...

— ¿Ayudarme en que?

— Que suceda de todo menos un embarazo.

Cada vez la chica se encontraba más y más confundida. La idea de un embarazo le resultaba pavoroso. Nuevamente habló. —Bien, mi trabajo acabó. Ya sabes Hanan, solo debes buscarme. Me encargaré de decirle a tu padre que puede dormir en paz.

La doctora sale de la habitación, dejando a una Hanan envuelta de miles de dudas que nadie le aclararía. Aunque si existía alguien que aclarara sus preguntas, Muzan Kibutsuji.
Hanan se acuesta boca arriba en su cama, mirando el techo mientras acomoda sus locuras.

— Debo verte. —murmuró.

Ladea su cabeza hacia la izquierda, y nota que la puerta seguía abierta. "¿Será que paso por desapercibida?" Pensó.

Hanan se levanta de su cama y camina hacia el ropero, saca un kimono color amarillo y arregla su cabello. Da unos pasos inseguros hacia la salida de su habitación aseguntadose que nadie la observara. Con mucho susto da el paso que la giraría a su libertad, al salir escucha la conversación energética de su padre y tamayo. Para su conveniencia en la casa solo se encontraba su padre quien estaba ocupado.

Sigilosa como un felino logra salir de su hogar. El momento con más temor de su vida, salió de su hogar con la respiración agitada, el ritmo cardiaco acelerado y sus manos temblorosas. Al sentir esa libertad corrió a más no poder, su destino era bosque, el bosque donde siempre estuvo con él.

Al finalizar su recorrido, estaba sin aire y agotada, ya había anochecido y se encontraba helado el bosque. Ella necesitaba encontrarlo.

—¡Muzan! —llamó.

La chica con frío decide sentarse bajo un árbol en su intento por encontrar el calor. Le inquietaba ser escuchada por algún cazador. "Es inútil, mi padre ya debe saber que no estoy, y todos me buscan" pensó.

Decidió volver a llamar. —¡Muzan! —gritó.

— ¿Hanan?

Al levantar su mirada no podía creer lo que sus ojos estaban mirando.


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¿HOLAAAA?¿cómo están? Dos capítulos porque soy muy buena. Díganme, que les está pareciendo? Gracias por el apoyo, me inspiran mucho a escribir

Koi No Yokan  恋の予感   [ Muzan Kibutsuji ] COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora