Koi No Yokan 恋の予感 [ Muzan Kibutsuji ] COMPLETA

03Komorebi

木漏れ日

La luz del sol que se filtra a través de las hojas.

Y fue entonces, donde ocurrió nuestro segundo encuentro, uno más profundo...

Varios días después de la conversación con mi padre; cumplí como él ordenaba mi seguridad. No quería desalentarlo, mientras pasaban los días, me mantenía en mi hogar. Sin embargo, me aproveché de la confianza otorgada y me ausenté una tarde.

Esa tarde, retomé el camino que frecuentaba después aquel encuentro con el hombre de traje, aquel que emergía en mis sueños todas las noches... aquel hombre tan atractivo. Durante mi caminata saliendo del bosque, que aún faltaban varios kilómetros, sentí la existencia de alguien que me vigilaba de lejos. Mi ansiedad aumentaba.

Estaba apresurada, pero era en vano, seguía tras de mi. Aún cuando aumentara mi paso, si era un demonio quien me acechaba... sería mi fin. Tenía mucho miedo, deseaba estar con mi padre en este momento, él me protegería.

- ¡Hanan! ¿Por qué tan apresurada? -escucho una voz burlesca.

Me paro en seco, no quería voltear, definitivamente era una cobarde, ¿a quién engaño? Mi padre tiene razón, no puedo estar sola.

Con atrevimiento volteo a ver.

Era un demonio, y no cualquier demonio. Era una menguante.

— ¿Qué pasa, Hanan? ¿Tu papá no está? — ríe.

— ¿Qué quieres? — digo repulsiva. La luna suelta una carcajada. No se de donde sale tanta valentía de mi parte.

—Quiero muchas cosas, unos lazos familiares, matarte... pero al parecer solo tengo la opción a una.

Físicamente parecía un niño, uno tierno, con una cabellera blanca... Era Rui.

Y cuando traté de huir, fue imposible, me ató los pies con su telaraña y caí. Sentía que me quemaba, su telaraña desprendía una sensación parecida a una quemadura. Necesitaba ayuda; necesitaba a mi padre, el ardor en mis ojos no tardó en aparecer, eran mis estupidas lagrimas, al parece sólo eso se hacer.

—¿Yas vas a empezar a llorar? Aún ni te he tocado. —exclamó.

El dolor aumentaba. ¿Cómo hay personas que aguantan un combate con una menguante? Rui no se movía de su lugar, pero sus telarañas rodeaba mi cuerpo y el ardor era cada vez más notorio.

— Y no lo vas hacer. — dictaminó una voz ajena a nosotros.

Una voz se interpuso en nuestra conversación, sobreacogida pongo mi mirada en aquella persona.

El hombre de traje estaba tras de mi.

— Kibutsuji... — reveló Rui.

Rui se entristeció, podía observar sus ojos estaban brillantes anunciando que estaba a punto de llorar... ¿por qué?