Tercera parte

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Y Hanan con sudoración en sus manos , agarró aquel pergamino desgastado y lo abrió; era una carta. Y conocía perfectamente aquella escritura.

"Desde que te marchaste no he dejado de buscarte."

Leer aquello la hizo sentir querida, la hizo sentir extrañada, la hizo recordar a su padre amoroso, ese que hizo lo imposible por tenerla a salvo, ese que dio su vida por verla feliz. Es falsa felicidad que poseía en ese momento. Hanan recordaba cada momento junto a su padre.

Sin darse cuenta, sus lagrimas cayeron en aquel pergamino, su herida jamás iba a sanar. Extrañaba a su padre como nunca, y se arrepentía desde entonces de sus acciones. ¿Qué podía hacer? Nada, somos de la muerte.

- Padre... perdóname. Ayúdame una última vez para liberar mi alma. -murmuró.

Su mirada al vacío le recordaba sus momentos felices junto a Kagaya, suplicaba a los dioses que le ayudasen a liberar su alma, sin embargo, sentía que este sentimiento era un tipo de castigo por desobediencia. Decidió seguir con la lectura, había una persona, su única razón de vivir, Yuuki, quien estaba esperando por ella.

"¿Acaso no ves como mi corazón te pertenece?"

Sus mejillas se sonrojaron a leer esa pequeña frase. - Giyuu-san... ¿no ves lo buen hombre que eres? Un buen hombre, merece una buena mujer... ¿de verdad crees que soy buena para ti? Viste por ti mismo el desastre que le hice a mi padre, ¿por qué sigues pensando algo bueno de mi? -exclamó mirando al cielo.

Hanan hasta su último día en donde estuvo con Yuuki se enteró de lo que Giyuu sentía por ella, antes de eso, no tenía una idea de lo que él sentía lo cual era amor.

¿Era mercedera de amor?

Sacrificó todo por un amor infame, su vida, su familia, su seguridad. Y de manera irónica ese grotesco amor, el cual la hizo perder todo; le regaló el amor más puro. La vida le dio a Yuuki, su pequeño amor verdadero. Amaba a ese niño con todo su corazón, y por esa misma razón, sacrificó su vida junto a él.

Se alejó de su lado para que él viviese sin maldad en su entorno.

"Donde sea que estés, Yuuki y yo te buscaremos."

Su corazón palpitaba a gran velocidad, ¿de verdad leía estas palabras de Giyuu?

Giyuu-san... ¿realmente se enteraba de lo que decía?

- No tienes ni una idea de cuanto te agradezco, Giyuu-san. Sé que has estado con Yuuki y lo has cuidado bien, mi corazón de madre sabe que es así... ¿cómo haré para agradecerte? Estoy aquí, lejos de ustedes. - estaba de cuclillas, con ambos brazos sobre sus rodillas mientras conservaba el pergamino en su mano izquierda, viendo el agua del lado, deseando con todas sus fuerzas ser un pequeño pez con libertad.

Al terminar del leer la carta, soltó un gran suspiro, aquellos que cargan con un pasado. Sin mucho que hacer en esa cabaña, su mente pasaba en el pasado, en donde maldecía cada mal decisión tomada.

"Si lo logras leer esto... Pronto nos veremos los tres."

Sintió su corazón estrujarse, extrañaba a Yuuki, extrañaba a Giyuu, extraña a su papá. ¿Podría dejar de llorar algún día?

- Papá... - sintió nuevamente aquel nudo en su garganta. -Perdóname, por favor.

Sus lágrimas no cesaban, necesitaba un abrazo, necesitaba apoyo, se sentía sola y desolada, y no paraba de pensar:

¿Alguna vez me perdonarás, Kagaya?

...se acercaba la noche y sus ánimos estaban por el suelo, una tristeza se mantenía en su ser, y seguía viendo el lago, sentía el viento azotar su cuerpo, pero de repente ya no sentía frío, tenía una manta blanca sobre su cuerpo.

Giró levemente la cabeza para observar hacia atrás.-¿Muzan? -de inmediato se puso sobre sus pies asustada. Al estar de pie quitó sus lágrimas que se encontraban en sus mejillas.

Muzan extrañado mira como Hanan se coloca sobre sus pies de manera rápida, notó como tenía sus ojos hinchados y su nariz roja de tanto llorar.

- Hanan.. ¿te pasó algo?-se mostró preocupado.

Hanan bufó. - Muzan... me ha pasado demasiado. -lo mira con desprecio.

Le parecía cínico que le preguntara.

El hombre, quien tenía un pelo largo ya, mantenía sus rizos hasta sus hombros, se removió incomodo.-Sobre eso venía hablarte.

Hanan se mantenía en silencio, con un mirada constante y una duda en su interior.

El hombre la miraba fijamente, con temor de revelar lo que había hecho.

- Me traje a Yuuki.

La menor sintió un vacío en su corazón.

- Muzan... ¿qué hiciste?




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Hola hola, stay home



Koi No Yokan  恋の予感   [ Muzan Kibutsuji ] COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora