18Shirimasen

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知りません No lo sé...

Muzan observaba a la chica desde una esquina de la habitación sentado en una banqueta que se encontraba allí, Hanan había decidido dormir aunque sus múltiples emociones no la dejaran descansar.   El hombre de ojos color rojos suelta un suspiro, llevaba demasiado tiempo aguantándolo, pese a que su fogosidad le llevara ventaja, sabía lo que conllevaría que la niña tuviera un sucesor. De solo imaginarlo su sangre se helaba.  

De solo imaginarlo, recordaba la mirada de Tamayo y el como ella escapó de su mandato. Por primera vez en su vida se había equivocado, al enterarse de que Tamayo no respondía a su mandato; enloqueció.

 El hecho de que ella fuera rebelde a él, lo insto a mantenerla con vida, y quitarle algo más importante; su hija. Sus pensamientos volaban, entre los suyos y los de las lunas superiores, hizo que el tiempo fluyera más rápido; hasta que unos sonidos llamaron su atención.

 Sus pensamientos volaban, entre los suyos y los de las lunas superiores, hizo que el tiempo fluyera más rápido; hasta que unos sonidos llamaron su atención

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Se percataba que eran Hanan la que emitía sonidos, levanta su mirada extrañado, al diferenciar esos quejidos se ruboriza. Vaya, esta chica si que me enloquece, pensó. Se pone sobre sus pies para tener una mejor imagen de ella. Estaba profundamente dormida y profundamente soñando. 

¿Qué clase de sueño estas teniendo, pequeña? 

Sus pantalones comenzaban a incomodar y acercar sigilosamente a sucama por observarla mejor, curioseaba las expresiones de ella, se veía tan relajada que no quería levantarle. 

— No quisiera hacer actos impuros a tu lado, aunque tu sueño va más allá. Cuando decida atarte a mi, seremos energéticos. —murmuró al lado de Hanan.

Sonrió, y rozó su mejilla con su mano. Decidió ponerse de pie e irse, tenía trabajo que hacer y no solo allá abajo. Una Hanan con la respiración alterada despertó y se avergonzó inmediatamente por su sueño húmedo con Muzan. Se sentó en la cama, al ver como su ropa seguía intacta, confirmo que se trataba de un sueño,  además que al llamar a Muzan, este no respondió, y así notó su ausencia.

¨¨¨¨

— No eres quien para yo hablar este tema contigo, sin embargo, eres la última persona que vio a Hanan... y la dejaste ir.

Un Kagaya dolido, afrontando a Tamioka, ya que dejó ir a su hija. Su mirada no solo reflejaba angustia sino también un gran disgusto.

— Patrón, yo solo... —fue interrumpido por Kagaya.

— Nada que digas hará que mi hija regrese... Sí Muzan la tiene en su casa, ella no saldrá viva de ahí. ¿No entiendes la gravedad de la situación, cierto?

El arrepentimiento inundaba su corazón, Tamioka no pensó en su padre, en Kagaya, fue egoísta.

El chico de cabello negro se pone sobre sus rodillas y baja su cabeza arrepentido.— Oyakata sama, ¿podrías explicarme? Por favor, haré mi mayor esfuerzo por encontrar su escondite.

Koi No Yokan  恋の予感   [ Muzan Kibutsuji ] COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora