Recuerdos Vacíos ©

Capítulo 27

Te amo.

Nathan Lawrence

Mierda, mierda, ¿Qué hice? ¿Estaba muerta? Me acerqué a Morgan lo suficiente para ver si estaba viva, pero Alice llego corriendo y se puso de pie mi lado y empezó a gritar.

No debía.

Pero por reflejo de mi ira y adrenalina golpeé a Alice en la cara con el arma.

Cayó inconsciente junto a Morgan.

Me acerqué nuevamente a Morgan para ver si seguía con vida, y nada. Estaba muerta. Alice aún respiraba.

Mi corazón iba a salir de mi pecho, no sabía qué hacer, ¿En qué me había metido? ¿Qué podía hacer?

No, no podía dejarlas aquí y huir. Maldita sea, si hubiésemos venido solos nada de esto habría pasado.

No debía... Pero quería deshacerme de Alice.

Tomé el pequeño cuerpo de la niña y la lancé sobre mi hombro, caminé con ella hacia el baño, debía hacerlo. La bañera estaba llena hasta la mitad, así que metí a Alice en ella. En otra vida me hubiese dolido, habría pensado "¿Por qué lo haces? No es su culpa, es solo una niña" pero no ahora. Esta niña representaba toda mi miseria, es fruto del rechazo con el que lidié por años, de la humillación, ella debía morir, igual que su madre, debía enterrar esa parte de mi.

Aunque no sólo era rencor, o venganza... También era el hecho de que a pesar de estar para ella años, no lo viera, escogiera a otro, y luego de eso ni siquiera darme una oportunidad, que me la merezco, después de todo lo que me hizo pasar, ella me lo debía.

Empujé la cabeza de Alice con fuerza hasta el fondo de la bañera, reaccionó, empezó a luchar, varios gritos escaparon de su boca, pateaba y se movía, burbujas de aire salían a la superficie, siguió pataleando por varios segundos hasta que perdió el conocimiento.

Y de golpe yo también.

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Morgan Steinfeld

...Me arrastré por el suelo lo más que pude, intenté apoyarme de mis brazos para ponerme de pie, pero cuando lo intenté, escuché un grito que me hizo caer nuevamente.

Era ella.

Saqué fuerzas de dónde no tenía y me puse de pie, solo había sido un tiro en la pierna, pero fue lo suficiente para que me desmayara y dejara una gran mancha de sangre en el suelo de la cabaña. Cojeé con mucha dificultad hasta el lugar donde se originaban los gritos, y allí estaba.

Mi niña luchando por su vida y ese monstruo acabando con ella. Tomé lo primero que vi y se lo lancé a Nathan en la cabeza, por suerte era la tapa del tanque del inodoro.

Al verlo caer, tomé rápidamente a Alice y salí corriendo, escupió mucha agua, pero estaba viva, eso era lo que importaba.

— Está bien bebé, estarás bien, te lo prometo. Le susurré mientras corría con ella en mis brazos.

Tomé mi bolso y mi celular, observé toda la sala, muerta de miedo y por un segundo pensé que no habría manera de huir.