Capítulo XX.
El verdadero monstruo.No hay infierno ni monstruos; gente humana, simplemente humana, actuando como humanos. Si me preguntan, nunca dejaré de joder por el culo a todos, abandonando mi humana humanidad.
Y en lo posible, encarnaré la piel de un monstruo.
Cuando habían mencionado, el imperio de Eren era un perpetuo blanco a desmoronar, que tenía muchos enemigos tras su espalda, enemigos poderosos y dispuestos a perder la cabeza en una guerra sangrienta por sus negocios inconclusos, sed de venganza y objetivos, nunca imaginó que pudiera resultar cierto. Tampoco imaginó que se daría una verdadera purga como en las películas de gánsters de América o Italia. Una purga purga, las calles rojas, gente inocente involucrada, o grandes sumas contabilizadas de asesinatos diarios, los periódicos abarrotados con noticias extras de acuerdo a estos asesinatos, que por otro lado gozaban de esmero y creatividad digna de una mente perturbada y maestra. Muchas de esas pequeñas obras de arte, como había decidido catalogar Eren, habían sido producto de la mente del joven hombre castaño. A diario, hombres sin órganos, casi sin sangre en sus cuerpos, drenada, extraída, y derramada por el asfalto. El nivel de terror amenazando las calles fue inhumano, y sólo ahí Mikasa pudo vislumbrar una brizna del demonio y monstruo de Eren, tan recalcado por Levi.
Eren era un verdadero monstruo.
No podría juzgarse y atribuirse todo al gran líder, por supuesto. Su gran reinado estaba conformado por muchas cabezas más sosteniendo su gran cabeza. Muchos de los asesinatos fueron originados por la pandilla enemiga, o el grupo de terroristas contra su mafia, pues ellos habían iniciado todo el caos y el tumulto desenfrenado de estos eventos sanguinolentos. Muchos de los asesinatos tampoco habían sido de la mano estricta de Eren. Habían sido de sus propios hombres que, siguiendo órdenes del mandamás, habían corroído pieles, destrozados cráneos, sesos esparcidos, carnicería humana en calles. Bien, Eren tenía la culpa por mandar, pero al menos no había sido el actor de los crudos asesinatos. Y, por sobre todo, muchos de esos asesinatos habían sido por Mikasa.
No era como si fuera una blanca paloma.
Gris, todo fue gris.
No había buenos ni malos en su campo de visión. Mikasa vio destrucción, caos, monstruos en cada esquina, en cada rincón de la mafia, Inclusive en la privacidad de la suite apartamento, justo antes de dormir, frente a sus ojos, su propio reflejo.
Habían transcurrido solo unos cuantos días y ya se había desatado el infierno en vida. Mikasa nunca había experimentado tantas muertes, incluso de pequeña cuando su padre aún yacía vivo, o después de su muerte. Gente muriendo por haber estado en el lugar impreciso a la hora imprecisa. Niños, adultos, adultos mayores. Tanta discordia entre humanos de la misma especie, segregados y enfrentados por poder. Y por supuesto, nunca se había imaginado viviendo con el diablo en la misma habitación, viviendo la masacre a través de un ventanal, una falsa protección, y al mismo tiempo frágil armadura.
No se había imaginado amando a ese monstruo.
Una enferma.
Distinguió el característico olor a gasolina en sus narices, apegado a su piel como una túnica de sudor. Era consciente del hecho que varias personas amaban el olor a gasolina, pero tratándose de ella, lo odiaba, principalmente por las memorias asociadas. Recuerdos de una vez haber sido rociada con el perfume de bencina, las llamas ardiendo a su alrededor y en su cuerpo, mientras bailaba el olor a gasolina y el mundo se desmoronaba. Mikasa no podía sentir el olor de nuevo sin querer rasgarse la piel para quitar los recuerdos y el dolor asociado a la memoria. Y sin embargo, ahí estaba, con la chaqueta de cuero, los guantes y los jeans grises perfumados con bencina.
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VENDETTA. /꧁ 𝑬𝑹𝑬𝑴𝑰𝑲𝑨.꧂
FanfictionLuego del encargo de su padre, se desata una guerra sangrienta entre dos pandillas rivales. Al rato, su padre le confiesa que morirá y heredará el imperio de su mafia. Muchas cosas pasan, un infierno se desata y Eren debe madurar rápidamente. En el...