Capítulo XIX.
Gurza.Hacemos cosas malas, recibiremos cosas malas.
Eren se levantó de la cama en la que estaban durmiendo debido a la molesta intervención de su teléfono móvil sonando. Mikasa fue quien se alertó primero, por obvias razones, yacía expectante hasta con la más ínfima llamada. Vio que Eren se dirigía al diván y se sentaba con las piernas ampliamente abiertas y codos descansando en sus muslos. Dio una mirada a Fluffy merodeando por el lugar y cogiendo una almohada blanca para morderla juguetón, en tanto, escuchaba a la persona tras la línea. Mikasa no supo de quién se trataba, ni se enteró de la conversación fuera de los monosílabos emitidos por el castaño de vez en cuando, tales como: sí, acuerdo, no, desacuerdo, adiós. Otro factor en donde pudo sacar información fueron sus gestos, el ceño fruncido en sus cejas, los pliegues en su rostro. De seguro, fuera lo que fuera que oía, no estaba de acuerdo.
Cuando terminó la llamada, Mikasa dudó si acercarse y preguntar o no, principalmente debido a la expresión de disgusto y cólera dibujada en el rostro de Eren, era intimidante, y Mikasa pensó que podría desquitar esa cólera en ella. Así que esperó a que el hombre decidiera hablar por voluntad propia y hasta que eso no ocurriera Mikasa no abriría la boca. Para su mala suerte, aquello nunca ocurrió, y se dedicó a mirar al joven hombre recorrer la suite de un lado a otro buscando algo incierto para Mikasa. Le vio meterse al cuarto de armario y perderse dentro unos cuantos segundos. Al salir, Mikasa estudió su cuerpo. La vestimenta consistía en un traje sencillo de trabajo, un pulcro terno negro y mocasines lustrosos y de un prístino negro. El indiscutible traje de negocios.
La necesidad de preguntar asomó de nuevo por su mente, sin embargo, se frenó a sí misma alegando que podría ser peor intervenir. Mejor no molestar a Eren en sus asuntos de negocios.
Otro factor que le pareció lo bastante raro para sospechar del hombre, fue que no le ordenó que se vistiera para acompañarlo. ¿Qué estaba planeando a ocultas de Mikasa? Tal vez fuera su mente, era lo más probable, pero hacía rato creía ver un comportamiento extraño en el hombre. Sí, tal vez fuera paranoia en su estado más puro, pero Mikasa no quería arriesgarse. Mejor prevenir que lamentar. ¿Qué pasaría si de verdad estaba planeando algo en su contra y por eso el motivo de aquellas llamadas telefónicas a ocultas? En ese caso, siempre era mejor prevenir que lamentar.
Pero todos esos pensamientos aviesos y traicioneros se esfumaron cuando Eren se acercó a ella y pegó sus labios a los suyos concretando un beso. Eren no estaba molesto con ella, ni tampoco planeaba algo a sus espaldas, de otro modo no podría tener el descaro de besarla. Eren no era el tipo de persona doble cara, tal vez su mayor pecado era ser tan honesto como diáfano. Muchos de sus problemas habían radicado en esa espontaneidad, su personalidad un cofre abierto. Muchas veces era confundido con impulsividad, pero Mikasa había aprendido a valorarlo, sabiendo que sólo se trataba del joven hombre mostrándose abiertamente y sin miedo. Así había sido con ella desde el principio.
Eren no le ocultaría nada.
No como ella.
—Saldré. Estaré ocupado, así que no me llames ni te alteres si no regreso de inmediato —dijo, y Mikasa supo a qué se refería. Los malditos guantes de cuero negro enfundando sus manos, y el destello de la empuñadura de su arma sobresaliendo del bolsillo interno de la chaqueta. En un simple vistazo podría vislumbrar que Eren se divertiría esta noche destrozando cráneos y llevando a la tumba varios cuerpos. Pero no fue el conocimiento de que se iba a manchar las manos esta noche lo que perturbó e incomodó a Mikasa. Fue el jodido presentimiento de saber de qué trataba.
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VENDETTA. /꧁ 𝑬𝑹𝑬𝑴𝑰𝑲𝑨.꧂
FanfictionLuego del encargo de su padre, se desata una guerra sangrienta entre dos pandillas rivales. Al rato, su padre le confiesa que morirá y heredará el imperio de su mafia. Muchas cosas pasan, un infierno se desata y Eren debe madurar rápidamente. En el...