Besa a la víbora, Besa al enemigo.

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Capítulo XIV.
Besa a la víbora, besa al enemigo.


















Mikasa despertó debido al perseverante ruido de su teléfono en su chaqueta. La vibración se extendió en todo su pecho hasta incluso su cuello. Se retiró de la cama con sumo cuidado de no despertar a Eren, lográndolo con satisfacción. Sacó su teléfono y revisó. Número desconocido, leyó en la pantalla, y muy confundida de quién podría tratarse, quién podría llamarla a esa hora y a su teléfono privado, directamente a ella, se apartó de la habitación, encerrándose en el baño con pestillo. Atendió la llamada, y en unos rápidos segundos, distinguió la voz al otro lado de la línea.

Y no fue exactamente lo que hubiera querido oír al despertar.

—Tenemos el plan, Mikasa —escuchó, no pudiendo creer lo que oía. Luego de varias semanas, escuchaba el inicio de lo que vendría siendo la muerte de Eren y la posterior resurrección de su mafia, de la cual era líder. Sí, Levi era tan astuto y digno del manejo de la estrategia para derrocar a Eren, y ahora lo demostraba al tener todo preparado para el ataque. Sin embargo, Mikasa no lo creía, o al menos no quería creerlo, porque eso suponía una pura cosa de verdadera importancia.

Mikasa debía matar a Eren.

Y no se encontraba preparada para tal responsabilidad. Ayer, pudiendo incrustar un tiro en el cráneo del hombre, se vio incapacitada por un repentino detenimiento y una congelación en sus miembros, para después dejar caer el arma sin reparos contra la cama, y luego haberse arrepentido de haber pensado quitarle la vida justo cuando él había mencionado la idea de vivir juntos una vida normal luego de todo. Pero, ¿Luego de que? ¿Acaso de verdad estaba prestando oídos a esa burda insensatez? Tanto Eren como Mikasa no eran personas normales que podrían darse el lujo de ir a la calle sin miedo a llevarse un balazo o sufrir represalias luego de tanto mal que habían hecho y tantas muertes llevadas a cabo en sus nombres, por sus familias, el pasado teñido en sangre. Tenían un pasado destinado a la muerte, a la distopía. Así que no había posibilidades de revertirlo, pero ayer, casi se dejó convencer de esas mentiras. Al menos, ahora escuchando a su hermano, volvía a la tosca realidad, aunque doliera.

Pero aún así no quería dar fin a su vida.

—¿Cómo? —dijo, tapándose un oído con el índice, y susurrando para no ser oída por el joven hombre al otro lado de la habitación.

—Erwin Smith. Antiguo traficante de armas, de mente objetiva, tanto de nuestro padre como de Wolfgang. Hicimos tratos. Al enterarse de la tontería y el error que había cometido Wolfgang al dejar todo en manos de Eren, acudió a la segunda mafia más relevante, por supuesto, nosotros. Solo tuvo que ponerse en contacto conmigo, y surgió el plan.

—¿En qué consiste? —carraspeó, sintiendo la garganta seca y que no podía hablar con normalidad.

—Erwin le hará creer a Eren que está en guerra contra un enemigo violento y naciente. Se enteró de la muerte de Armin, y pretende utilizarla como motivo de este desencadenamiento de guerra del enemigo. Estamos seguros que no hay un hombre tan terco y estúpido que Eren, y no se creerá la sentencia de Erwin de inmediato, aun cuando podría ser verdad en su posición borde, pero aquí viene tu parte. —Mikasa se afirmó contra la puerta, preparándose para oír la sentencia. —Tendrás que convencerlo. Solo a ti podría creerte, y si insistes lo llegará a creer, generando tal paranoia en él que le hará querer contactarse con Erwin y traficar armas a fin de estar protegido. En una de esas reuniones con Erwin, estaré yo. Tú irás con Eren, y le matarás. Si llegas a fallar, no dudes en que seré yo quién ponga un balazo en su frente. Me enteré que no fue modesto con Armin, probaré los mismos métodos con él.

VENDETTA. /꧁ 𝑬𝑹𝑬𝑴𝑰𝑲𝑨.꧂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora