Vladimir, detente...

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(1) Vladimir detente.

Joss

Mantener a lilith tranquila se me hacía difícil en algunos casos.  Al principio se le hizo difícil el siquiera salir de la habitación. Podía pasar todo el día ahí encerrada y si no ordenaba que le llevaran de comer, entonces ya estuviese desnutrida.

El Doctor. Drew viene a verla todos los viernes y me platico que desarrolló TEPT, trastorno de estrés postraumático. Básicamente, solo revive lo que paso una y otra vez, como un maldito bucle. Hay noches donde despierta llorando mientras suplica entre sollozos que por favor no la lastimen.

Aprieto los puños con ese mero recuerdo. Anoche estuvo tranquila. He pensado que ver a Hela a través de la ventana la relaja.

Cuando me dijo que me quería acompañar hoy a todos mis deberes, me tomo por sorpresa. Muy pocas personas saben lo que le paso realmente, pero siente que todos la juzgan como si lo que paso fuera su culpa. En su primera terapia le fue mal, termino teniendo un ataque de pánico y le grito a Drew con tanto odio que llego a asustarse. Su tratamiento se está basando en psicoterapias, terapias de exposición y entre otras más. Cosa que lilith si entendió. A medidas que fueron avanzando las terapias lilith se soltó más con él, llegando al punto de hablar como dos profesionales sobre las soluciones para su caso.

Me siento en el comedor a su espera mientras mi madre se mantiene a mi izquierda.

Su enfermedad degenerativa la tiene bajo mi techo a la espera de que se vaya de este mundo. Es una mujer frívola y calculadora que no está de acuerdo con que tenga a Lilith aquí, pero me valió muy poco su opinión en esos momentos.

No le he platicado sobre Jürdi y sé que es algo que le va a tocar el nervio. Tuvimos muchos problemas familiares por su terquedad y termino ganándose el rechazo de la familia.

Dirijo mi atención hacia las escaleras cuando la veo bajar tomando el barandal con fuerza. El comedor me da una vista panorámica de todo el piso de abajo. Esta vestida elegantemente. Se gana la atención de mi madre que la mira con una ceja alzada.

Lilith escanea todo con la mirada hasta que centra su vista en nosotros, suelta un suspiro largo antes de acercarse a paso lento. Se sienta a mi derecha y mira todo con gesto frio. No me esfuerzo en hablarle porque sé que no estamos solos y solo se limitara a contestarme con monosílabos.  Empiezan a traer los platillos y veo a varias empleadas fruncir las cejas al ver a lilith. Solo dos de ellas saben de su existencia porque se encargaban de llevarle la comida hasta su habitación.

Recibo varias llamadas por parte del clan.

La Bratva nos está arrebatando a muchos de nuestros hombres. En la tarde tengo una reunión importante con la Yakusa, en esta guerra necesitamos aliados. Aunque, no dudo que solos lo logremos.

Empezamos a comer en silencio bajo la atenta mirada de Adeleine, mi madre. Lilith se nota tranquila y no se inmuta ante su mirada mientras se toma su medicación. No sabía nada sobre su condición y me tomo por sorpresa cuando tuvo un ataque. Su corazón se aceleró tanto que llegue a pensar que sufriría un infarto.

Mi médico personal llego lo más rápido posible y me contuve de reñirla por no habérmelo comentado. Tengo claro que perdió a su bebe mientras estuvo en ese lugar.

Terminamos de comer y juntos nos vamos a uno de los cuarteles que tengo aquí en Berlín. Mando a pedir un móvil nuevo para ella solo con los contactos de sus padres.

Masculla un agradecimiento seco y lo único que hace es arrojar el móvil a su cartera.

-Pensé que llamarías a tus padres.- le comento. Mi tono de voz es neutro y no me fuerzo por hablarle con ternura.

Asmodeo, principe de la lujuria.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora