Nunca pienses que soltare tu mano.

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(2) Nunca pienses que soltare tu mano

Vuelvo a la habitación y levanto a Lilith hasta dejarla sobre la cama.  Beso la cima de su cabeza y me quedo observándola durante un largo rato. Su pecho sube y baja con calma, no tiene ninguna mueca y tengo que salir de esa habitación antes de que las ganas de quedarme con ella me ganen.

Al principio no era más que un juego y una manera para joder a Vladimir. Se supone que lilith solo sería una manera para llegar hasta él. Las cosas empezaron a cambiar desde que follamos contra un árbol en su propia fiesta de compromiso. Cada vez que lo hacía con una sumisa no llegaba a correrme si no estaba pensando en ella. No acepte los besos de nadie más y eso me enardeció.

Esa mujer iba a ser mi perdición.

Les deje claro a todos esos viejos que ya una mujer estaba a mi lado. Tenían su respeto por obligación, ahora ella tendría que ganárselos.  Al llegar a la cocina me encuentro con mi madre que deambula con un vaso de lo que parece ser leche tibia.

-¿Qué haces aquí a estas horas?- le pregunto mientras me sirvo un vaso de agua.

-Sabes cómo son los medicamentos. – le resta importancia.

Me lo pienso un momento antes de querer hablarle sobre Jürdi y al final término soltándoselo sin filtros.

-Jürdi está viva.- tomo un sorbo de agua. Veo como ella abre los ojos al escucharme y empieza a negar de manera rápida.

-Ella no está viva, Joss, la peste del militar ese  acabo con ella.- grazna.

Saco mi móvil sin ganas de seguir dándole más vueltas al asunto y ella empieza a deslizar el dedo por la pantalla. Pasa alrededor de diez fotos que son sobre ella.

-No...

-Está viva.-  corto-. Se operó, tinto y usa lentes de contacto.

-¿Por qué no ha vuelto a casa?- deja el móvil sobre el mesón y lo desliza hasta que llega a mí.

-No entrare en detalles.- es lo único que digo.

Abre la boca, pero la cierra abruptamente al ver a la serpiente que se arrastra por el mesón hasta llegar a mi brazo. La tomo con intenciones de dejarla afuera o si no adelantare la muerte de mi madre.

-Esa cosa va a hacer que me dé un infarto.

-No te hará nada.

-No deberías confiarte.

Me la paso deambulando toda la noche mientras reviso correo y organizo el nuevo cargamento que llegara dentro de nada. Paso cada cinco minutos por su habitación y la veo durmiendo. Cuando el sol se está poniendo y Lilith empieza a despertarse por tantas horas de sueño me acuesto a su lado. Mantengo mis ojos cerrados y solo me concentro en sus dedos acariciando el contorno de mi rostro. Deja su palma sobre mi mejilla y siento sus labios en ella. Seguido siento como se levanta de la cama y se acerca hacia los cachorros. La escucho susúrrales muchas cursiladas y una pequeña risita se me escapa.

-Sé que estas despierto.- se sienta a mi lado, pongo una mano en su cintura y la siento tensarse un momento, pero luego se relaja nuevamente-. También sé que no dormiste en toda la noche.

-¿Estuviste espiándome?- entrecierra los ojos y se vuele a acurrucar a mi lado.

-No tienes porqué velar mi sueño, Joss.

-Estaba trabajando.- Contesto lo más convincente posible.

-Aja. 

-Hay que comprarles comida.- murmura viendo a los cachorros.

Asmodeo, principe de la lujuria.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora