01 de agosto.Valencia, España.
Lilith.
-Estoy confiando en ti.- digo, desconfiada hacia verónica. Mintiéndole descaradamente.
-No pareciera.- pone los brazos en jarra.
-Bueno, realmente no lo hago, pero no puedes culparme. – me giro en busca de alguna pinza para mi cabello.
-Deja el drama, Li. Yo lo organice todo, por lo tanto, quedara perfecto.- la escucho y apuesto lo que sea a que tiene una sonrisa triunfante en el rostro.
-¿Aunque sea puedo saber dónde será?- interrogo.
-Por supuesto que no, estoy fue idea mía y de Joss. – Giro sobre mi eje y le lanzo una mirada de angustia-. Joss no tiene buenas ideas fuera de sus negocios.
-Si te escuchara decir eso...- silba con dramatismo y de inmediato me recuerda a lo que siempre le silbaba a Aitana.
Se percata de mi expresión.
-Mierda, lo siento, lo siento.- se lleva las manos a su cabeza y se las halo, va a arruinar su peinado.
-No importa.
La puerta se abre y entra mi padre con una sonrisa que parece acalambrarle la cara.
-Es hora, muñeca.-me besa las manos.
-No confío en ninguno de ustedes, justo ahora. – les dejo en claro.
-Niña, ya cállate.- entra Alek frunciendo las cejas. Lleva una pajarita en el bolsillo de su traje. Le da un pico a Verónica y les regalo una sonrisa cómplice.
-No digas nada.- amenaza Vero.
-Es hora.- vuelve a hablar mi padre.
-Ya, ya.
-¿Y él bebe?- pregunto por el frijol.
-Rompiéndole la paciencia a la niñera junto con las tres bestias a las que hacen llamarlas mascotas. –Me toma de la mano y me arrastra hasta la puerta-. Se la van a venir comiendo un día de estos.
-Mi Rocco jamás haría tal atrocidad.- la castaña defiende al suyo.
-Los míos menos, solo les enseñe a defenderse.
-Aja.
-Esperen, esperen.- me doy la vuelta y me doy un último vistazo.
Tengo el cabello recogido en un moño muy hermoso, mi vestido es de seda. Tiene un escote en V, mangas holgadas y se aferra a mi cintura para luego caer en ondas. Tiene una abertura en la pierna derecha. La asomo un poco y veo la mínima marca que dejaron las cicatrices. Llevo tacones blancos de punta y...
-¡Ahhhh!- me sobresalto al escuchar a Verónica gritar y me percato de que solo es Hela que se arrastra por el suelo.
-Cálmate, ¿sí?- la tomo y la encierro en su cristalera.
-Debieron dejarla en Alemania.- habla con una mano en el pecho.
-Tranquila, no te hará nada.- dice Alek que se ocultó detrás de ella.
-Claro, ¿Qué haces escondido detrás de mí?
-Tengo el presentimiento de que Joss la entreno para atacarme. – susurra.
-Tú y Lean están pasando mucho tiempo juntos.- lo veo.
-Que ya es hora.- vuelve a hablar mi padre.
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Asmodeo, principe de la lujuria.
Fiction généralePaso años estudiando la mente humana, pero siempre se negó a usar eso a su favor. Los papeles han cambiado, los roles se invirtieron y decidida a no dejarse caer, Lilith camina de la mano del enemigo, haciéndole frente a la traición que le plantaro...