EXTRA 2

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07 De noviembre.

Alemania, Berlín.

Joss.

Lilith se mantiene sentada sobre la cama como si él bebe no estuviese revolviéndose en su vientre en busca de salir. Tiene la frente perlada por el sudor. Los dos canes están sentados a su lado, la respiración la tiene vuelta un desastre y simplemente me niego a dejar de ver la pantalla que me muestra su pulso.

Isabella está a un lado pidiéndole que se recueste, pero lilith se hace oídos sordos. Isabella parece cansarse de hablarle y se acerca para ella misma recostarle, sin embargo, retrocede al ver como los dos canes se ponen a la defensiva, mostrando los dientes.

-Reina, tienes que recostar...- me callo cuando veo el líquido bajar entre sus piernas como si se hubiese orinado.

-No puede venir aun.- empieza anegar con la cabeza de un lado a otro. Parece perder el equilibrio y la sostengo cuando se va de lado. Los canes me dan espacio y se mantienen a un lado mientras la recuesto. Su respiración se vuelve un caos al igual que sus pulsaciones.

-¿Por qué va tan rápido?- hablo, desesperado por una solución.

-El trabajo de parto aumenta las pulsaciones del corazón.- susurra Isabella concentrada en los implementos.

-Mamá, no puedo tenerlo ahora, aún falta.

-Lilith, tu bebe tiene ocho meses y medio, no pasara nada.- la calla.

-No fui al cardiólogo.- lloriquea la pelinegra.

Los latidos aumentan al igual que su desesperación por salir de la cama.

Suelta un grito de dolor mientras se encorva sobre la cama, pensaría de manera lasciva sobre esa encorvada, pero...

-¡No volverás a tocarme en tu maldita vida!- aprieta mi mano con fuerza-. Siento que me están partiendo los huesos.- susurra.

Isabella acomoda las toallas, agua y más cosas que ni me molesto en ver gracias al dolor que me inducen la uñas de lilith sobre mi piel.

-Tengo miedo.- susurra, su pecho sube y baja demasiado rápido. Me agacho hasta quedar a la altura de la cama-. Tengo miedo de que mi corazón se detenga y que todo esto haya sido en vano.

-Si muero, lo vas a cuidar, ¿ok? Nada de armas. ¡Mierda!- otra contracción la ataca y su ritmo sigue subiendo.

-Tú no vas a morir, Bradma y yo no criamos a una buena para nada.- le deja claro Isabella mientras la desnuda de la cintura para abajo.

-Vas a pujar cuando te diga, Li. Ya estas suficientemente dilatada.

-Mamá, no...

-¡Puja!- lilith lo intenta, pero termina negando miles de veces mientras se queja del dolor.

Falla hasta el quinto intento y más. Los ojos empiezan a cerrárseles, su corazón va demasiado rápido y escucha a Isabella maldecir por lo bajo.

-¡Lilith, hazlo ya!- tomo su cara entre mis manos y busco sus ojos que parecen estar desorbitados.

-Yo puedo...

Puja una vez más y creo tener la muñeca partida para este momento. El llanto del frijol resuena por toda la habitación. Isabella corta el cordón y lo envuelve en una sábana para entregármelo. Llora demasiado y me pierdo en la claridad de sus ojos hasta que la máquina que marcaba el pulso de lilith empieza a pitar demasiado rápido hasta que una línea recta se vislumbra en la pantalla.

Su mano afloja mi muñeca y la muevo en busca de alguna reacción.

Isabella me hace a un lado mientras tiene un desfibrador en las manos. Siento que es mi corazón el que se detiene esta vez. Las manos me pican aun con él bebe sobre mi pecho

Su pecho se alza con la primera descarga y sigue sin reaccionar. Parezco haberme quedado sin alma cuando lo intenta más veces.

-Ponle toda la carga.- consigo hablar, muerto en ira y angustia.

Los perros ladran desesperados detrás de mí.

-No podría, yo...- se ahoga y con voz amenazante le digo.

-Ya está muerta y mas no va a quedar, solo hay una opción.- se sobresalta con el sonido de mi voz y vuelve a intentarlo con la carga más alta y parecen que los segundos se hacen eternos cuando el pulso vuelve a vislumbrar en la pantalla.

Suelto un suspiro.

Le tiendo él bebe que no paro de llorar y me acerco hasta ella.

Era riesgoso y con todo y eso no se detuvo.

-Lo hiciste, Reina.

Asmodeo, principe de la lujuria.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora