80's

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¡Hola, volvimos BarceinasIsauraHash!

¡Hola, volvimos Barceinas y  IsauraHash!

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Ah, Levi y Daira. La pareja perfecta.
En los suburbios de Paradise habitan muchas familias felices, y los Ackerman estaban a punto de unirse al club.

Solo que había un ligero problemita... Levi Ackerman estaba realmente ansioso y angustiado.

Quería que todo saliera bien, que Daira se lo tomara con calma, sin esfuerzos, sin preocupaciones, pero al mismo tiempo, deseaba ver a su bebé lo más pronto posible.

Daira tenía ya cuatro días de embarazo, pero, ¡oh sorpresa!, su vientre ya había crecido.
Y si te lo estás preguntando, no, no era algo normal.

-Según este libro de embriología- dice Levi sosteniendo un enorme libro con pastas cafés. -El vientre debería notarse entre el tercer y el quinto mes, dependiendo del cuerpo y salud de la mujer, y el tamaño del embrión-

Daira estaba en el sillón de al lado, metiendo grandes cucharadas de yogurt de durazno con chispitas de café a la boca. Una convinación extraña pero que Daira no había parado de comer desde esta mañana.

Su vientre había dejado de ser plano, para crecer un poco, alertando a Levi por la rapidez con la que crecía su hijo, dentro de su madre.

-Daira, ¿me estás escuchando?- habló Levi frunciendo el ceño.

Daira detuvo su cuchara quedando a centímetros de su boca.
-Ay cariño, deberías de dejar de preocuparte, yo me siento en perfectas condiciones, no hay necesidad de alterarse-

-Nuestro bebé...- pero Daira interrumpió.

-Aún no es un bebé, es un embrión sin sexo definido color rosita-

[Risas]

-... pues nuestro embrión sin sexo definido color rosita, está creciendo a una velocidad anormal-

-Awww, ¿quién tiene ganas de nacer?- canturreó Daira acariciando su propio vientre.

[Risas]

Levi suspiró y cerró el libro de embriología, para dejarlo en la mesa y ponerse de pie.

Daira hizo lo mismo y lo siguió de cerca, contentrada en su yogurt.

-¿A dónde vas?-

-Al teléfono, llamaré al doctor- Levi tomó el teléfono de casa de la pared y lo llevó a su oreja derecha mientras marcaba los números.

Mientras él hablaba, Daira sintió un ligero mareo que la hizo parpadear varias veces, y de la nada, la luz de la casa se fué.

Levi se apartó el teléfono y lo miró.
-¿Hola?- se giró a ver a Daira quien había palidecido, así que la tomó de los hombros.
-Mi amor, ¿estás bien?-

G U E R R A | LevixreaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora