Quédate conmigo

Capítulo 31: Relatos de una noche de invierno (Quédate conmigo, Jude).

Cuando Theron estaciono la camioneta en el estacionamiento subterráneo con un suave ronroneo que se silenció al apagar el motor, a Judy solo le tomo un segundo organizar sus ideas al tiempo que Theron se quitaba el cinturón de seguridad.

_ ¿Qué se supone que hacemos en tu apartamento, Theron?

El luchador le sonrió, justo de aquella manera que siempre terminaba por sacarla de quicio.

_ ¿Crees que te dejaría ir a casa, en ese estado, con el riesgo de que tus sobrinos y tus hermanas te miren llegar así? -le pregunto Theron y la vena en la frente de Judy amenazó con salir en cualquier minuto siguiente.

_ ¿No se te ocurrió que todos ellos ya deben estar en la cama, siendo ya las 2 de la madrugada?

Theron ladeo la cabeza, fingiendo sopesar aquella idea.

_ Es mejor no correr riesgos.

_ Theron...

_ Dime, cariño. -replico el susodicho, sonriéndole una segunda vez.

_ ¿Recuerdas que tenías que pensar en una manera para evitar que me enoje contigo? -cuando él asintió con la cabeza, con una sonrisa divertida en los labios, Judy gruño-. Pues ahora es un buen momento para que hagas tu primer intento.

Sin poder soportarlo por más tiempo, Theron se río entre dientes mientras se inclinaba hacía el rostro molesto de Judy, quien tenía un grave ceño en su frente.

_ Solo estoy asegurándome de que mi mujer no realice un show cómico sin que yo esté presente.

Cuando Judy le clavo un dedo en el costado a Theron, el luchador retrocedió entre una carcajada y una mueca de dolor por el golpe recibido.

_ No estoy borracha -le aseguro Judy-. Con todo lo que ha pasado esta noche, te aseguro que el alcohol es lo único que ya no corre por mis venas.

Cuando Theron encarno una ceja, con una sonrisa arrogante en los labios, a Judy de repente le vinieron ganas de haberse retractado de sus palabras al instante en que las dejo salir.

_ Dime, entonces, qué corre ahora por todo tu dulce cuerpo -murmuro Theron y, cuando Judy no le respondió (limitándose solo a boquear mientras enrojecía), el luchador se río entre dientes al ver el estado taciturno en que se quedó Judy por algunos segundos-. Espera ahí; no quiero tentar tu coordinación en esas plataformas que llevas puestas.

Judy miró sus pies al tiempo que Theron abría la puerta de la camioneta y la cerraba tan pronto bajo para darle la vuelta al automóvil; para Judy, esas sandalias de plataforma eran tan seguras y cómodas que no había duda ni un segundo al tomarlas para ponérselas esa noche cuando bien sabía que las noches con Astrid siempre eran agitadas, locas y entretenidas, así que no podría utilizar algo tan elegante pero incómodo como unos tacones o algo tan soso como unos tenis cuando bien sabía que Astrid la evaluaría de pies a cabeza y no sería amable si la llegaba a ver fuera de sus líneas estéticas.

Para Astrid, el mimarse a una misma con pequeños detalles como comprarse buena ropa, lindos zapatos, arreglarse el cabello, hacerse la manicura o ir para una limpieza facial eran un asunto tan importante como lo era cerciorarse de que su mejor estaba rodeada de buenas personas que la apoyaban y la hacían creer en ella.

_ Falta de coordinación, cambios de humor y embobamiento por unas simples plataformas... -escucho que Theron decía al abrir la puerta del copiloto y verla observar sus pies con fascinación-. Jude, ¿Estás segura de que el alcohol ya salió de tu sistema?

Ignorándolo por simple costumbre, Judy salió por su propio pie de la camioneta, con la fuerte presencia de Theron sirviendo de apoyo en caso de que fallara con alguno de sus pasos; mientras se dirigían al elevador, Judy escucho como un lejano trueno se dejaba oír en todo el piso subterráneo, amenazando con su pronta presencia.