OyT - El comienzo. CAP 29

1.5K 98 35
                                    


Orgullo y tradición – El comienzo. CAP 29

CAPÍTULO FINAL

La vida parecía retribuirle al príncipe, los años de soledad y amargura, brindándole una segunda oportunidad, que tuvo la dicha de tomar. Y no se arrepentía.

Nada le faltaba, ni siquiera extrañaba las batallas, eso, hasta el momento en que se enteró que él regresaría al plano de los vivos. Su antiguo rival, aquel que le otorgó la más grande humillación de su vida; Kakaroto.

Tenía años sin experimentar el nivel de ansiedad que ahora mismo le oprimía las entrañas. Pronto lo tendría de nuevo frente a él, tan solo en unas pocas horas. Con la posibilidad de un nuevo enfrentamiento. Lo que le despertó a su guerrero interno, llenándolo de emociones que yacían solo en recuerdos.

Terminó de ajustar sus pulcros guantes de color blanco, optando por no utilizar la armadura, confiando demasiado en sus habilidades ganadas en esos años de entrenamiento, como para prescindir de dicha protección.

Se encontraba satisfecho del rumbo que había tomado su vida hasta ese momento, en donde poseía de todo lo que se le negó al servicio de Freezer, y no solo eso, ahora gozaba de tener una familia por primera vez, desde que su planeta natal fue destruido.

«¿Tu lugar o el mío? Me da igual». Recordó la frase que le dijo a Bulma el día que le propuso compartir la misma habitación, dos meses después de haber pactado que serían pareja. Viviendo ahora en concubinato, lo que le resultaba perfecto, pues era lo más cercano a un matrimonio, pero sin tener que pasar por el bochornoso ritual terrícola. Después de todo, las convicciones y lo que ella le hacía sentir, iban más allá de un papel, según su punto de vista.

No le extrañaba que su relación con la científica se fortaleciera gracias al convivo diario, encontrándose más que cómodo en situaciones que nunca llegó a considerar en el pasado, como el hecho de charlar con ella sobre su pecho en las noches, inclusive en las que el sexo no formaba parte de su rutina. A estas alturas, la vida familiar y tranquila le causaba paz, hasta el punto de no extrañar su antigua libertad de soltero.

«¿Y si acaso?», se preguntó antes de cerrar el armario, con la vista perdida en una caja rectangular en color platino, la cual había obtenido en uno de sus viajes espaciales.

Dudó por unos segundos, entrecerrando la mirada mientras estudiaba la posibilidad, decidiéndose al fin por cerrar la puerta y seguir su camino. No terminaba de convencerse de realizar un pacto que fue creado exclusivamente para los saiyajines.

Negó con la cabeza, sin entender del todo las razones por las cuales continuaba conservando esa pieza, y lo más extraño aún, que su mujer no intentara abrir la caja, dada su naturaleza curiosa.

.

...

.

Una hora después, la científica de cabello turquesa terminaba de ajustar el accesorio que complementaría su atuendo. Un pañuelo amarillo, perfecto para brindarle luz a su bello rostro.

Satisfecha de su apariencia, deslizó las manos sobre sus caderas, orgullosa de la figura curvilínea que poseía, capaz de enloquecer hasta al más engreído príncipe de la galaxia.

La diminuta falda apenas alcanzaba a cubrirle un par de moretones en su pierna derecha; recuerdo del último encuentro con su "esposo", en los laboratorios dos días antes. Ya estaba acostumbrada a tener esos recuerdos en su blanquecina piel, y no le incomodaban, a excepción de cuando le apetecía vestir traje de baño, por lo que debía ordenarle que se midiera días antes de sus paseos por la alberca, a lo que el guerrero obedecía sin cuestionar. Una de las cosas que más le gustaba de su relación con él, que a pesar del carácter hostil del saiyajin, siempre la escuchaba y respetaba, tomando en cuenta su opinión; en especial, a la hora del sexo.

Orgullo y tradición - El comienzo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora