Orgullo y tradición – El comienzo. CAP 20
La cocina no siempre fue lo suyo, pero estaba empeñada en aprender a elaborar papillas para cuando su hambriento bebé, comenzara a pedirle más nutrientes. Lo cual era probable que sucediera pronto, debido a sus genes saiyajines.
El hervor de la mezcla de verduras machacadas, rompió el silencio que reinaba en la cocina. Bulma se apresuró en agitar la mezcla, en silencio, totalmente concentrada como lo había estado mientras preparaba la receta dictada por su madre.
Estaba decidida a ser ella misma, la que le prepararía las papillas a su hijo, era parte de ser madre y no quería relegar a otro su responsabilidad. No quería que al pasar los años, fueran otros los que criaran y alimentaran a su hijo, como sucedía en la mayoría de familias adineradas, en donde los padres pasaban a ser personas ajenas en la vida de sus hijos.
Con melancolía en su mirada, observó las burbujas brotar del guisado, que ya comenzaba a tornarse grumoso, pero no lo advirtió, debido a que su mente vagaba.
"No era lo que esperaba"
Esas palabras le seguían doliendo, era el precio por tener altas expectativas en el orgulloso príncipe, él tampoco fue lo que ella esperaba. Desafortunadamente, lo descubrió después de haberse enamorado.
"¿Y si no es amor lo que siento?"
Se cuestionó, tal vez se encontraba deslumbrada con la fuerte personalidad del guerrero, con la atracción hacia su bien formado cuerpo, hacia su misterioso pasado, del que conocía apenas algunas sombras. Era como un personaje salido de un libro de fantasía, además de tener sangre real, era un imán para cualquier creatura aventurera, como lo era Bulma Briefs.
Pero, a diferencia de los personajes fantásticos, el saiyajin era mucho más complicado, indomable y terco. No era blanco o negro, era gris, con varios tonos; al igual que ella. Por eso entendía la atracción física hacia él, y la razón por la que fue elegida para darle un hijo, pero a diferencia de su experiencia, el guerrero no había creado ningún sentimiento romántico.
La gran Bulma Briefs se ilusionó como una niña, de la noche a la mañana, algo parecido a lo que le sucedió con Yamcha, pero en ese entonces, ella sí era una jovencita inexperta, y el lobo del desierto, sí correspondió a sus nobles sentimientos.
Sin embargo ahora, la situación era muy distinta, abismal. Por lo que pensar en el egocéntrico guerrero como un capricho de temporada, no le incomodaba, era mucho mejor que un corazón roto y el orgullo magullado.
-Tal vez confundí capricho con amor- musitó en un leve suspiro, con la esperanza de recobrar su coraje y hacerle frente al saiyajin, con la misma actitud fría y prepotente.
No quería aceptar que le calaba hondo, no solo por su hijo, también por ella.
"Ojalá me sirva de escarmiento por dejarme llevar por un cuerpo bien formado, labios seductores y..."
-¡AHHH!
Gritó mientras apagaba el fuego de la estufa, en un inútil esfuerzo por evitar lo inminente, quemar la papilla.
Suspiró molesta. -Ahora tendré que volver a comenzar- dijo al percibir el olor a quemado. -Y todo por culpa de ese idiota cretino, altanero...
-Veo que andas muy animada el día de hoy- dijo Panchy al entrar a la cocina, -y como no, con el apuesto joven Vegeta de regreso.
Bulma rodó los ojos, no sabía si su madre era despistada, o si lo decía por sarcasmo, probablemente sería lo primero.
-Ni me hables de ese... principito.
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Orgullo y tradición - El comienzo.
FanfictionVegeta se ha propuesto engendrar un descendiente, a la vez que debe entrenar para derrotar a su rival Kakaroto y derrotar a los androides que llegarán en tres años. Bulma ignora que es parte de un experimento por parte del príncipe, pero su propia t...