OyT - El comienzo. CAP 04

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Orgullo y tradición – El comienzo. CAP 04


El valle rocoso donde se llevó a cabo la batalla del príncipe contra Kakaroto, se había convertido en un lugar recurrente donde acudía a meditar.

En un risco, de pie y con los brazos cruzados, el príncipe analizaba sus opciones para lograr sus tan ansiadas metas. El día anterior había estado a punto de asesinar al débil insecto, pero se había detenido al considerar que con su muerte no pagaría por su altanería, sin embargo, lo derrotaría en otro terreno donde él mismo no tenía ninguna ventaja, pero al ser tan orgulloso y egocéntrico lo volvía confiado. Aun no se encontraba tan seguro de que la mujer fuera a resultar una elección acertada, pero hasta ese momento le parecía la menos mediocre, según sus conclusiones.

Tendría que analizar sus movimientos, Vegeta estaba seguro de que la relación entre la vulgar mujer y el insecto tenía varias fisuras, lo había percibido desde la noche en que los escuchó discutir, cuando escuchó que la mujer se negaba a fornicar con el terrícola.

-Ja, es un pobre diablo... Ahora que lo recuerdo, la mujer dijo que únicamente con ese sujeto había fornicado- torció los labios en una mueca de burla. -Eso quiere decir que no ha conocido a un macho de verdad, creo que comienzo a compadecerla- se dijo con un tono burlesco.

"En caso dado de que no me convenza del todo la mujer para procrear, buscaré otra para dicho fin, pero aun así la usaré para humillar al débil terrícola"

Aspiró profundo y miró hacia el cielo con nostalgia, justo en la dirección donde se encontraba el polvo cósmico en el que se había convertido su planeta natal.

"De no ser por el malnacido de Freezer no me vería en esta penosa decisión. Tendría a mi lado a una hembra fuerte, orgullosa y con carácter para procrear"

-Tsk... no le daré gusto a esa lagartija, no se extinguirá mi linaje- se dijo decidido. -Y pensar que al principio a Nappa le parecía una aberración mezclar nuestra sangre, y tan solo unos años después estaba intentándolo en vano.


**FLASHBACK**

El bullicio de seres provenientes de diversos lugares resonaba por todo el restaurante del hotel, para ser tan temprano se encontraba lleno. Un pequeño escuadrón del emperador recién había logrado conquistar un planeta con enormes yacimientos de oro, la raza inteligente que lo habitaba no era muy fuerte, pero había logrado crear un arma biológica con la que lograron defenderse por años. Pero finalmente y después de varias investigaciones, los científicos del imperio habían logrado dar con una vacuna. Así fue que se pudo tomar posesión de tan ansiado botín y los guerreros participantes en dicha misión habían ganado una generosa recompensa y días de licencia para descansar.

Los tres saiyajines habían regresado al planeta Khoor, uno perteneciente al imperio donde solían residir desde hacía ya cinco años, era el primer lugar donde se habían sentido cómodos como para considerarlo lo más cercano a un hogar, con su paga tenía cada uno su propia habitación. La del príncipe era la más cómoda, ahí guardaba sus posesiones, sus trajes y armaduras, dinero y algunas joyas robadas de sus conquistas, las resguardaba celosamente en una caja fuerte empotrada en la pared, el cuarto ya la traía incluida y debido a que al príncipe le gustaba darse uno que otro lujo de vez en cuando, necesitaba tener con qué pagar sus caprichos. Más posesiones no tenía, debido a que nunca sintió apego por ningún lugar en los que estuvo, no se hizo de ninguna propiedad, nunca se sintió en casa a excepción de los pocos años que estuvo en el planeta Vejita.

Ahí se encontraba el saiyajin más joven de los que seguían con vida, al menos eso creían hasta entonces. Torció los labios con fastidio, al parecer varios guerreros habían elegido el planeta Khoor como destino para matar el tiempo, buscó entre los seres presentes a sus compañeros de purga y no tardó en distinguir la cabeza medio calva de Nappa, junto a la espesa mata de cabellos alborotados de Raditz. Se acercó a ellos y tomó asiento, por suerte le habían apartado uno.

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