Orgullo y tradición – El comienzo. CAP 27
Nada mejor que un licuado de fresa acompañando el desayuno en la comodidad de su habitación. El despertar perfecto para Bulma en un día tan radiante.
«Pasaré medio día con Trunks en la piscina, después iremos a comprar una bacinica entrenadora». Sonrió para sí misma, imaginando la cara del engreído saiyajin, al restregarle en la nariz el último pañal sucio de su hijo. «No debe ser tan difícil. Con mi genialidad, no tardaré en lograrlo en tiempo record», pensó positivamente, llevándose un trozo de panqueque a la boca.
Terminó el desayuno, lavó sus dientes y caminó rumbo al comedor, esperando encontrarse con su madre consintiendo a su nieto, algo común en las mañanas, ya que la rubia acostumbraba darle el desayuno al híbrido, junto con uno que otro postre. Amaba disfrutar de pastelillos al lado de su nieto favorito; como ella le decía.
Al no encontrarlos, se dirigió hacia el jardín principal. «Seguramente estarán allá», pensó apurando el paso.
Encontró a su madre parloteando por el teléfono con alguna amiga, intercambiando sus infalibles secretos de belleza.
—El joven Vegeta se lo ha llevado a entrenar —dijo la rubia, apenas vio a la científica acercarse.
—Pero si... ¡Es verdad! —exclamó, recordando lo dicho por el príncipe la noche anterior.
«Así que va en serio lo de entrenarlo».
La rubia se alejó un poco del teléfono para mencionar con emoción: —Ni siquiera tuvo que cargarlo, mi niño bonito lo siguió al verlo. ¡Se veía tan entusiasmado! ¡Ah... y le dijo papá!
—¿Se lo habrá llevado al otro jardín? —preguntó Bulma sin alterarse, con plena seguridad de que Vegeta no dañaría a Trunks. Le constaba que lo protegería.
—Creo haberlo escuchado mencionar que estarían en la cámara de gravedad —respondió Panchy, como si fuese la cosa más normal del mundo.
—¡¿QUÉ?! ¿La cámara?! ¡Es muy pequeño para eso! —chilló alarmada, dejando a su madre sola para dirigirse hacia el lugar donde se encontraba ese insensato saiyajin y su hijo.
«Ese irresponsable, ¿cómo se le ocurre llevárselo tan pequeño? No cabe duda de que los saiyajines no tienen cerebro».
Corrió a lo más que le permitían sus piernas, hasta llegar sin aliento frente a la puerta de metal reforzado.
—¡ABRE LA PUERTA DE INMEDIATO! —Exigió presionando el botón del intercomunicador.
No tuvo que gritar de nuevo, la puerta se abrió casi de inmediato.
—¡¿Cuál es la razón de tanto escándalo?! —Se quejó Vegeta, fingiendo ignorar el porqué del alboroto.
Sin respóndele, lo empujó para ir directo a buscar a su pequeño, encontrándolo de pie, sin un solo rasguño o golpe aparente. De cualquier manera lo cargó, revisándolo a pesar de que el infante se negaba a ser cargado.
—¿En serio creíste que le afectaría la gravedad aumentada? —inquirió Vegeta detrás de ella.
—Nunca ha estado aquí. ¿Tú qué crees? —Respiró de alivio al comprobar que su hijo no presentaba ninguna anormalidad—. Por si no lo sabías, cabeza hueca. Los bebés son frágiles —dijo, luchando en vano por mantener al inquieto niño en sus brazos, quien logró liberarse gracias a su insistencia, saltando directo hacia donde se encontraba el príncipe, elevando sus bracitos pidiendo ser cargado por él, ante la mirada incrédula de su madre.
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Orgullo y tradición - El comienzo.
FanficVegeta se ha propuesto engendrar un descendiente, a la vez que debe entrenar para derrotar a su rival Kakaroto y derrotar a los androides que llegarán en tres años. Bulma ignora que es parte de un experimento por parte del príncipe, pero su propia t...