Continuidad de la primer historia, temporada dos.
Donde ______ tendrá problemas más fuertes con sus aliados y enemigos, los cuales involucran por completo a Yuka Makoto, o mejor dicho, a Franqui.
Si no leíste la primer temporada, la encontraras en...
—Mira, castaño. Solo voy a dejar que Franqui me agarre de las manos y me ponga contra la pared, así que, si no me sueltas en tres... dos..
—Ahh.. —suspiró y luego cerró los ojos. —. Bien. —me soltó.
—Ahora abre la puerta. —este sacó una llave y la insertó en la cerradura, logré abrirla y luego salí, pero este me dijo algo antes de que empezara a correr.
—Mi propuesta sigue en pie, cuando lo desees, te esperaré. —al final concluyó cerrando la puerta.
—Más te vale no molestarme otra vez. Imbecil.
Eso fue extraño, e incómodo.
Debo sanar la mano de Franqui.
Unos enmascarados se me acercaron, eran los que antes me habían llevado.
—¿Y el maestro? ¿Lo sanaste? ¿Está bien? —habló uno.
—Si. —dejé de correr, pero seguía mi camino con prisa.
—¿A donde vas? —preguntó uno, agarrandome de la muñeca. Ese era el enmascarado que antes me había alzado a upa. Su voz era tranquila, tenía un tono bajo y un acento... como muy castellano.
—¡Ben! No importa a dónde va esta, debemos ir con el maestro. —dijo el otro enmascarado.
Ambos fueron hasta la habitación del castaño, pero yo seguí mi camino con prisa.
Muchas cosas pasan por mi cabeza, me quiero morir. Pero no puedo,.. Franqui.
En el trascurso de mi caminata hasta mi "habitación" pude ver varios enmascarados. Si, sería imposible escapar de aquí, se ve tan fácil, pero no.
Abrí la puerta apuradamente, entre a esta y cerré la puerta estando dentro, le puse el seguro y luego me acerqué al baño.
No vi a Franqui, pero oí el sonido de la ducha, en donde supongo que el se estaría bañando.
—¿Franqui?.. —toqué la puerta varias veces.
—Mujer.. ya casi termino. —contestó desde el baño.
Trate de abrir la puerta pero esta tenía seguro.
—Oye, yo también me quiero bañar..
—Cuando nos casemos nos bañaremos las veces que quieras, juntos.
La propuesta...
Sonreí inconscientemente, apuesto haberme sonrojado un poco.
—Bueno, apurate que quiero sanar tu mano.
—De acuerdo, mujer.
.
Mientras esperaba a que Franqui se terminara de cambiar en el baño, oí varios pasos correr por el pasillo fuera de la habitación, eran enmascarados.
No es que se quedaran cerca, sinó que todos iban hacia la derecha, osea en la dirección en donde creo que esta la sala principal y la salida... algo debió haber pasado.
—Quiero que uses un vestido, cualquier color te quedará hermoso, aunque el blanco no lo puedes usar... y yo tampoco... —habló Franqui saliendo de la habitación todo cambiado.
—Pero.. —quede extraña al verlo, no tenía su traje negro. Tenía un pantalón gris y una sudadera negra.. —¿A donde tan formal? —dije sonriendo.
—No me cambies de tema
—No te cambio de tema...Mmh.
—¿Entonces? —se me acercó.
—Entonces que, usaré el vestido que más te guste, para al final me lo quites.
—Entonces usaré el traje que más te guste —se inclinó acercándose a mi rostro.
Nos quedamos viéndonos a los ojos. Esos ojos azules oscuros, que hermosos.
Lentamente nuestros labios se rosaban, creandome así la sensación de mariposas en el estomago.
No era el beso, era el que me hacía sentir así.
¿Casarnos aquí? ¿Qué tal si todo esto es una simple fantasía? ¿Tendré esquizofrenia, estaré en una especie de coma o sueño que se siente real?
No lo sé, pero lo que más deseo ahora, es tenerlo junto a mi.
Nos besamos, se me había hecho una eternidad la espera. Pasó sus manos descubiertas por mi cintura, hasta bajar a los muslos y me levantó, así teniéndolo entre mis piernas abiertas.
Todo se volvió intenso en un segundo, chocando con la pared sin darnos cuenta de nada.
Nos separamos para poder respirar, estamos agitados.
—Dame tu mano. —le dije sonriendo.
Este me la dió, miré su palma y puse mi mano sobre la suya, luego cerré los ojos por un momento y los volvi a abrir luego de sentir esa corriente de energía recorrer mi cuerpo.
Sané su mano, luego volvimos a conectar nuestras miradas.
—_____.
—¿Si?...
—Te amo, demasiado. —no me dió tiempo a responder ya que volvimos a besarnos.
Pasé mis manos alrededor de su cuello y acerqué mi cuerpo más hacia el suyo, este se movió hasta llegar a la cama.
Nos acostamos bruscamente, el sobre mi entre mis piernas abiertas.
—Mujer... te deseo tanto, pero este no es un lugar perfecto para hacerlo.. —dijo aún cerca de mi, nuestras narices se rosaban, creando así un cosquilleo.
—Lo se... pero, cualquier lugar es perfecto si estoy contigo.. —le di un corto beso en los labios y luego nos quedamos viéndonos, el sonrió y se relamió los labios.
—¿Pusiste el seguro? —dijo sonriendome.
—Si... Nadie nos molestará por un buen rato..
—Mierda... me encanta cuanto me miras así, mujer. Me encantas.
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YA MISMO VOY A ESCRIBIR PARA RECOMPENSARLOS.
LES VOY A DAR CAPÍTULOS RIQUÍSIMOS, DISCÚLPENME LA TARDANZA MUAK
¿Quieren lemon? ¿Quieren algo triste pa llorar lindo? ¿Quieren que le patee las pelotas al castaño?!
Muak
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