•Mi Ángel 2• ▪︎Invasión en las alturas/tenkuu Shinpan▪︎ Franqui

|•Capítulo 20•|

Desperté adolorida, tenía ganas de vomitar y mi cabeza daba muchas vueltas.

Estaba en una habitación oscura, con olor a té, era algo extraño.
Bostecé levantandome del sofá en donde estaba, tenía mis manos esposadas. MIERDA.

—¡FRANQUI! —grité a todo lo que daban mis pulmones. -¡FRANQUI!

—_____, querida, no te arruines la garganta, el no te escuchará. —habló una voz detrás de mi, susurrando en mi oído. Maldito castaño con complejo de Dios.

—¡TÚ, MALDITO ESTÚPIDO, ¿QUÉ MIERDA PLANEAS? —tapó mi boca con su mano. Sus ojos estaban rojos, apenas podía verlo por la baja iluminación, pero era el, Aikawa.

—Shh.. no hace falta que grites, nadie te escuchará..

Traté de forzar para que me suelte, pero estaba en una posición incómoda, mis manos estaban detrás de mi espalda, no podía hacer casi nada así. Me tapaba la boca con fuerza.

—El esta vivo, eso te lo puedo asegurar. Pero, si está bien o no, no lo sé. —se acercó más a mi estando detrás, me hizo inclinar mi cuello hacia el, levantando mi barbilla.
—Tú me hiciste cambiar mis planes, mujer.

—¡N.. m..dig.. as..! —Traté de hablar pero se me era imposible.

—Detesto cuando las cosas no son mías. —comenzó a reír. —¿De verdad confiaron en que los iban a dejar vivir aquí sin nada a cambio? ¿Qué no te haría nada a ti ni a él? ¿Qué no los vigilará siempre? Son unos idiotas.

Yo sabía que Franqui tenia todo planeado y arreglado, yo sabía.. en el fondo.

—Tuve que haber hecho esto desde hace tiempo. Pero me divertía verlos, estudiarlos, analizarlos. Hay muchas cosas que el aún te oculta.

Comencé a respirar más rápido, tenía miedo.

—Mis deseos por ti no se terminan, se acumulan.

Mordí su mano lo más que pude, este la sacó con rapidez y luego me golpeó en la cabeza, así haciéndome caer al suelo.

—Se que no vas a cambiar, eso es lo que me enoja.

—¡ESTAS OBSESIONADO, MALDITO LOCO!

—Así es, ______. Pero no de ti, sinó de ustedes, necesito que ustedes terminen, que el sufra. Y que tu... seas su razón de sufrir.

—Ni diciéndote loco podría definirte, me das asco, mucho asco.

El me quedó viendo unos segundos, yo seguía en el suelo, mis piernas dolían, mis manos estaban forzadas y lo único que no me dolía era la boca, para poder desquitar todo mi odio hacia el.

—Vas a ser mía de alguna manera, aunque para eso no tengas inconsciente. —volteó para un lado y comenzó a buscar algo.

Comencé a tratar de moverme, al menos rodando hacia un lado más lejos. No podía usar mi poder en mi.

El se acercó, me pateó el pecho y me puso boca abajo en el suelo, luego se sentó sobre mi.

—¡Ahh!... —grité del dolor, ya que había aplastado mis manos con el peso de mi cuerpo.

—Me encantan tus gritos, lastima que tengan que ser de esta manera.

—Franqui.. Franqui te matará. —comencé a tratar de controlar mi respiración, no tenía pensado llorar, pero estaba aterrorizada.

—La verdad, el a ti, tal vez. —me sonrió cínicamente.

—Estas muy...

—O tal vez tu a él, no sé que cosa me convendría más.. Mmm.

No entiendo que está diciendo...
Tengo mucho miedo.. maldita sea...

—Creo que prefiero que, estés a punto de matarlo, y el te vea, y con su cara de lamento muera.. O no, mejor, el te mata, se entera, y querrá matarse, pero lo detendré, lo atrapare y luego...

—¡YA CALLATE! ¡CÁLLATE! —volvió a tapar mi boca con su mano.

—Tienes razón, mejor me guardo los planes para mi.. Aunque bueno, ahora... —comenzó a bajar su vista hacia mi cuerpo. —Necesitas, cambiarte la ropa, creo que algo más ajustado te vendría bien.

De lo nerviosa, tragué mal la salida y comencéa toser. , Mis pensamientos estaban trabados, bloqueados, solo podía pensar en mi miedo.
Podía pensar en, qué va pasar.

—Veamos que sucede.. pero por ahora, voy a encargarme de ti. —quitó su mano de mi boca, suspiró lentamente y me puso boca abajo. Nuevamente se volvió a sentar sobre mi, mientras me quitaba las esposas.

No dije nada, solo espere a que me soltara para ya molerlo a golpes con mis últimas fuerzas.

Me quitó las esposas y se levantó sobre mi, yo me puse de pie al instante, estaba algo mareada pero aun así intentaría todo para acabarlo, noquearlo, matarlo.

—Ni se te ocurra, estas débil.. pero yo tengo una solución —dijo sacando una máscara.

—¡NO, NO! —de la idea de atacarlo, corrí lejos de el. Si llegaba a ponerme eso, todo terminaria.

—Te la voy a poner, quieras o no.

—¡Poneme esta, idiota! —le hice fuckyou, logré romper la cerradura de una de las puertas y salí corriendo.