Min YoonGi, un famoso empresario decide -por fin- tener una cita con su asistente y crush, Park JiMin, sin saber que este venía trayendo 3 bolitas de ternura con muchos problemas y aventuras.
¿Qué pasa cuando ambos se enamoran?
¡Los problemas crecen...
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Los tres niños se encerraron en la habitación, bajo las mantas y abrazándose entre sí mientras los dos adultos hablaban en la primera planta. Sabían que la habían jodido en grande y ahora su única opción era esconderse o irse de su casa por la vergüenza y el arrepentimiento.
Hora de ir por las maletas y salir por la ventana hacia el jardín delantero.
Hablando enserio, Rosé lloraba desconsolada sacando una maleta bajo la atenta mirada de sus dos hermanos algo confundidos.
- ¿Rosé? -llamó SooBin, pero hizo caso omiso y siguió sacando su ropa-. Rosé.
- Es el fin -explicó-. Papá ya no nos quiere, supo por fin lo que eran las desventajas de tener hijos y nos abandonará por el estrés y la tristeza de ser rechazado por su crush y...
A JiWoo le picaron los ojos, ¿Y si su hermana tenía razón?
En cambio SooBin suspiró con pena y rodó los ojos. Realmente sus hermanas eran exageradas.
- Ya le causamos muchos problemas a papá, mejor molestemos a otra familia -y cerró la maleta.
Rosé cesó su llanto y tomó la maleta, lista para irse y comenzar una nueva vida como lo hizo hace cuatro años.
Pero no queremos volver a esos tiempos.
- Te acompaño -SooBin miró sorprendido a su hermana mayor, él no creyó que ella terminaría convencida con ese pensamiento-. Yo soy la causante de esto y soy la que más problemas genera.
Rosé asintió y esperó a que la otra también empezara a empacar. SooBin las miró asustado y confundido a la vez, debía detener esto de inmediato.
- Chicas -llamó-. No deberían hacer esto, papá nos aguantó por cuatro años, no nos dejaría de querer así de la nada.
- A ti nunca te dejaría de querer, SooBin -dijo melancólicamente-. Eres inteligente y tienes un gran camino por delante.
SooBin hizo una mueca, le iba a dar una gran migraña.
- Voy con ustedes -avisó, por lo menos las guiaría a casa de un amigo-. Somos hermanos, ¿no?
Su intento de que esa frase sonara como algo conmovedor falló estrepitosamente, en vez de eso sus hermanas lo miraron preocupadas.
- ¡Claro que no! -gritaron al unísono.
-Tienes gran vida por delante y puedes obtener una beca para las grandes universidades -continuó JiWoo-. Si tu vienes con nosotras perderás todas tus oportunidades.
SooBin pensó, había tiempo para hacerlas cambiar de opinión sobre su patético drama y para guiarlas a el primer piso y que papá les haga sus sándwich favoritos, ahí olvidarían todo lo ocurrido. Debía entretenerlas el mayor tiempo posible.
- No pueden irse si un estómago lleno -sonrió-. Les voy a preparar una rica comida para el viaje.
Salió de la habitación después de recibir un asentimiento de parte las niñas, encantadísimas de poder comer algo ya que ninguno de los tres había desayunado.
Bajó despacio por si el señor YoonGi seguía dentro de la casa, pasó por un par de paredes y por fin llegó a su destino. Era hora de poner a prueba sus dotes culinarios.
Sacó dos panes, un tomate, una lechuga, tocino, huevo, carne y pollo, sonrió cuando obtuvo todo lo que había planeado y empezó. En un dos por tres ya tenían dos sándwiches listos para ser devorados.
Subió con cautela y muy sonriente de su creación, tanto que no se percató del silencio que había gobernado cada espacio del pasillo de su habitación y un escalofrío pasó por su espalda cuando no se hallaba nadie en la habitación.
Buscó y buscó por todas partes por precaución, pero cayó en cuenta que ya nadie se encontraba ni en la habitación de papá, ni en la suya.
