Min YoonGi, un famoso empresario decide -por fin- tener una cita con su asistente y crush, Park JiMin, sin saber que este venía trayendo 3 bolitas de ternura con muchos problemas y aventuras.
¿Qué pasa cuando ambos se enamoran?
¡Los problemas crecen...
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Nunca esperaron que un aeropuerto fuera más grande de lo que imaginaban, con personas yendo de aquí para allá con maletas, otras durmiendo en sillas y otras en las distintas tiendas que habían en ese lugar. Era perfecto para perderse si alguno de ellos se distraía, por eso no se soltaban por nada del mundo sus manitos.
Llegaron a una gran sala donde había personas con maletas y pantallas que indicaban cada vuelo que había justo esa noche. Ninguna de las personas que estaban ahí parecían ser Yoongi, por lo que SooBin, siendo mucho más astuto, de inmediato se puso a buscar el vuelo que le había indicado Suran, siendo un vuelo a punto de despegar.
— Estamos en problemas —dijo, jalando el brazo de JiWoo, que a la vez sujetaba el de Rosé.
Las niñas fueron arrastrados lejos de ese lugar, algo preocupadas por las palabras de su hermano.
— ¿Qué pasó? ¿El avión ya se fue? —preguntó JiWoo, y a Rosé se le aguaron los ojos.
— Eso parece.
Las niñas se inquietaron bastante, confiando en algún mágico plan que a SooBin siempre se le ocurría. Él las llevó a una especia de recepción como la de la empresa, con la única diferencia que había señoritas agotadas que revisaban pasaportes. Examinaron a las señoritas, colándose a la fila de la que parecía más amigable; a empujones llegaron frente a ella, que por poco y no se daba cuenta que estaban ahí. Se inclinó para verlos mucho mejor, sin escuchar las quejas de los demás pasajeros.
— ¿Están perdidos? —preguntó, casi extendiendo su brazo para llamar a un guardia cercano—. ¿Dónde están sus padres?
SooBin se apresuró en hablar.
— Buscamos a un señor que tenía un vuelo a punto de despegar —dijo, dándole un papelito con los datos del vuelo. La chica lo miró muy bien y empezó a teclear en su computadora.
— Es nuestro papá —exclamó Rosé—. Su transporte parece que se está yendo, ¡nos está dejando acá botados!
La señorita asintió, sin embargo, volvió a llamar al guardia.
— ¿Cómo se llama su papá? —preguntó
— Se llama Min YoonGi—respondió SooBin—. Debe detener su vuelo, por favor.
Los niños no entendían que era lo que tecleaba la mujer, luciendo concentrada. El guardia llegó y se paró frente a ellos, algo que los asustó un poquito por lo grande que era, más grande que YoonGi. La señorita hizo un ademán para que se acercase a ella y le susurró algo al oído.
— Llévalos al avión del señor Min, el privado, antes de que despegue —ordenó, dándole el mismo papelito que le dio SooBin y le sonrió a los niños—. Tienen mucha suerte de que su padre tenga un avión privado, el avión público salió hace un par de minutos.