Min YoonGi, un famoso empresario decide -por fin- tener una cita con su asistente y crush, Park JiMin, sin saber que este venía trayendo 3 bolitas de ternura con muchos problemas y aventuras.
¿Qué pasa cuando ambos se enamoran?
¡Los problemas crecen...
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SooBin jamás se consideró una persona exagerada o dramática, ni mucho menos una gritona ni escandalosa, pero estos eran uno de los momentos donde prefería tropezarse y caer en coma a contarle a papá que sus hermanas se habían escapado y planeado no regresar nunca.
Eso no era una buena opción en estos momentos.
Eliminó cualquier mala idea que le hayan inculcado sus hermanas y bajó al primer piso, no había otra solución que contarle a papá lo sucedido.
"¿Ahora que pensará ese señor de nosotros?" Pensaba SooBin sacando un sandwich del papel aluminio y dándole una gran mordida, luego se aseguró que el señor ya no se encontraba ahí.
Efectivamente su papá seguía en una no muy agradable conversación con YoonGi, con suspiros pesados y mordidas de uñas. Algo penoso y aburrido.
"¿Podré avivar el momento con la noticia?" Sacudió la cabeza sacando ese tonto pensamiento.
Se colocó en medio de la sala llamando la atención de las dos personas presentes e hizo su mejor carita de cachorro abandonado, sonriendo para sus adentros cuando JiMin lo miró preocupado.
- ¿Pasó algo cariño? -preguntó JiMin jalándolo hacia él.
SooBin negó fingiendo su sollozo.
- Papá...-gimió con los ojos cristalizados, que gran actor era.
JiMin aún confundido lo abrazó y acaricio suavemente sus cabellos soltando bonitos susurros y dándole señales a YoonGi indicando que la conversación esperaría un momento. SooBin se tomó el tiempo de apreciar ese momento tan cálido y se felicitó por ser un increíble actor.
Pero sus hermanas estaban metidas en un posible riesgo y no había más tiempo.
Se separó lentamente algo desanimado.
Al punto.
Soltó un gran suspiro y dijo:
- Rosé y JiWoo se fueron de la casa por miedo a un castigo y planean no regresar nunca.
