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Agust estaba cansado se estar en ese lugar. Kitty lo iba a molestar todo el día y solo habia pasado una semana.

Claro, el trato por parte de Kitty hacia él era coqueto. Le llevaba siempre comida y cuando quería ir al baño lo llevaba, pero sus manos siempre debian estar atadas. Pero siempre intentaba seducirlo.

Kitty siempre iba vestido sensualmente y volvía loco a Agust, quien solo mantenía su rostro serio, evitando mostrar sus emociones.

— Señor Agust— Se escuchó nuevamente la voz de Kitty y el rubio solo suspiró cansado.

Kitty entró a la habitacion, con una gran sonrisa en su rostro.

— Le tengo una muy buena noticia— Exclamó el menor mientras daba saltos emocionado.

— ¿Me vas a soltar?

— No.

— Entonces no quiero saber.

— Hagamos un trato— Dijo.

— ¿Que clase de trato?

— Lo voy a tratar bien, aunque eso siempre lo hago. Dejaré que usted camine por el lugar y se pueda bañar.

— ¿Y que ganas con eso?

— Su cariño.

— No gracias. Prefiero estar aquí sentado— Dijo y Kitty se sintió mal. ¿Pero que iba a hacer? Agust estaba enojado con el por obvias razones.

— Yo solo quería ser bueno con usted— Dijo— Y usted ya apesta.

— Que bueno.

— Deje de ser tan terco, Señor Agust. Le estoy dando la posibilidad de que pueda asearse y usted me niega aquello.

— No quiero tenerte cariño, Kitty. Entiendelo.

— Bien, pero al menor bañese. No le pediré que me quiera. Solo quiero que usted se sienta bien.

— Niño, ¿acaso haz pensado en que yo no tengo ropa?

— Le compré— Dijo y Agust sonrió burlon.

— Bien, tú ganas— Dijo y Kitty sonrió emocionado.

El pelirosa ayudó a Agust a levantarse y después lo llevó al baño, pero antes de darse la vuelta e irse, Agust lo detuvo.

— No me bañaré atado— Dijo y estiró sus brazos hacia Kitty.

— Te escaparás— Dijo.

— Estoy desarmado, niño. Tú estás lleno de armas, ¿como me voy a escapar? Aunque ganas no me faltan— Dijo obvio.

— Bien— Dijo y sacó una navaja rosada y después rompió las cuerdas— Lo esperaré aquí afuera.

— Haz lo que quieras— Dijo el mayor y tomó la bolsa donde tenía la ropa que Kitty le habia comprado y se encerró en el baño.

Buscó una ventana para escaparse. Pero solo habian paredes y todo lo que un baño tenía.

— Bueno, hoy no es entonces— Dijo y miró sus muñecas, rojas y heridas— Ese niño.

Se quitó la ropa y después se metió a la ducha. Un suspiro de satisfaccion se escapó de sus labios, cuando sintió el agua caer sobre su cuerpo. Ya no se sentía sucio.

Necesitaba aquello.

Obsession ||Yoonmin||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora