Obsession ||Yoonmin||

9

— Hey, niño— Llamó Agust y Kitty lo miró— Quiero ir al baño y quiero bañarme.

Kitty se levantó de la cama y caminó hacia Agust, lo ayudó a levantarse y después lo llevó al baño.

— Su ropa está adentro, planchada y lavada— Fué lo unico que Kitty dijo, antes de cortar las sogas de Agust y dejarlo en el baño.

Agust sobó sus muñecas y después vio como Kitty se alejaba e iba hasta la cama.

— Que idiota— Se burló Agust.

Agust podia tomar el arma que estaba en la mesa y dispararle al menor, pero una cosa es que podia hacerlo y otra cosa es que no queria.

Se metió al baño, hizo sus necesidades y después se dió un relajante baño.

Cuando salió del baño. Kitty lo volvió a amarrar, pero no lo sentó en la silla, si no que en el sillón y era bastante cómodo.

— La silla debe de ser incómoda — Dijo Kitty y se recostó en el sillón, con sus piernas sobre las de Agust.

Kitty sacó su chupetin del envoltorio y comenzó a chuparlo, mientras miraba su celular.

Agust tiró su cabeza hacia atrás y sacudió su cabeza, para que este se secara.

— Yo le seco el cabello— Dijo Kitty, mientras se levantaba e iba a su tocador, para tomar el secador de pelo.

Lo encendió y comenzó a secarle el cabello al mayor con delicadeza. Agust se relajó, ante aquello, porque Kitty hacia masajes en su cabeza, mientras le secaba el cabello y no supo cuando se quedó dormido, pero cuando despertó estaba recostado en el sillón y sus manos estaban desatas, y tenia una manta tapandolo.

Llevó su mirada hasta el reloj en la pared y de dió cuenta que eran las dos de la mañana.

Se levantó del sillón y se sorprendió al ver que no estaba atado a nada. Kitty lo dejó libre.

Hizo sonar su cuello y después estiró sus labios. Caminó hacia la puerta de la habitación y frunció el ceño, cuando vió que esta estaba cerrada por un gran candado.

— Astuto— Dijo Agust con una sonrisa.

Caminó hacia la cama del menor y lo observó. Estaba destapado. Llevaba un short de seda rosado y su top era del mismo color del short y tambien era de seda.

El pelirosa estaba boca arriba, pero su cabeza ladeada. Su cintura resaltaba, al igual que sus grandes muslos. Las sábanas se encontraban a los píes de la cama y los píes del menor estaba enrollados.

— Tranquilízate— Se dijo Agust a si mismo.

Kitty se estiró y después se ganó boca abajo, dejando a la vista su grande y redondo trasero. Agust se relamió los labios y se aguantó las ganas de morder esaa nalgas.

El short le llegaba hasta la mitad de sus nalgas y eso hacía que estas resaltaran aún más.

Agust negó varias veces y después se fue a estirar al sillón. Se tapó con la cobija y después cerró los ojos para dormir, pero la imagen de Kitty volvia a su mente.

— Ese niño me está volviendo loco.