TERMINADA
Donde JiMin se enamora del asesino más buscado de Seúl. Agust D.
NO SE ACEPTAN COPIAS O ADAPTACIONES.
▪︎Malas palabras
▪︎Smutt
▪︎Mención de otros shipps
▪︎Delitos
Kitty estaba enmedio de su cama. Con una camisa de azul oscuro puesta y solo llevaba unos bóxer rojos.
Agust estaba al borde de la locura. Cuando despertó vió al pelirrosa paseandose por la habitación con solo la camisa puesta. Y si Agust no le hubiese dicho que se ponga bóxer, ahora el menor estaria desnudo.
— Agust— Llamó Kitty, pero Agust lo ignoró— ¿En serio me va a ignorar?
— Si. Déjame tranquilo— Dijo— No quiero verte y tampoco quiero escucharte.
— El bulto en su pantalon dice otra cosa— Dijo el menor con una sonrisa juguetona— Vamos, venga.
— Olvídalo, niño— Dijo— No caeré tan fácil.
— ¿Está seguro?
— Si.
— Bien.
Y Agust pensó que Kitty lo iba a dejar tranquilo, pero al escuchar los jadeos del pelirosa, lo miró rapidamente.
El menor se estaba tocando.
Kitty estaba recostado en la cama, mientras apretaba sus piernas y pasaba su pequeña mano sobre su pene, mientras que con la otra mano libre, tocaba sus erectos pezones.
— Mierda— Dijo Agust.
— Mgh— Jadeó— Agust— Gimió y Agust frunció el ceño, mientras tapaba sus oídos y se ponía boca abajo en el sillón.
No queria escuchar los gemidos del menor, porque sabia que si los escuchaba iba a caer, pero no, él no iba a caer bajo los encantos de aquel chiquillo que hasta el momento lo estaba poniendo loco.
No supo cuando tiempo estuvo así, pero Kitty ya se encontraba caminando hacia el baño, para darse un buen baño.
Agust suspiró aliviado y después se puso boca arriba.
— Maldito mocoso— Gruñó, cuando vió el bulto en su pantalon— No me voy a tocar pensando en ti.
Agust cerró sus ojos con frustración. Mientras golpeaba el sillón fuertemente.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Kitty miraba a Agust con un puchero en sus labios. Habia hecho de todo, para que el mayor lo tomara en cuenta, pero Agust simplemente lo ignoraba y su paciencia se estaba acabando.
— Señor Agust, toqueme— Se quejó.
— Sabes que no lo haré— Dijo, mientras tomaba una cerveza.
— Usted es muy malo— Dijo— Me he tocado enfrente suyo y usted ni una reacción tiene.
— No me exitas, niño— Mintió, por dentro estaba aguantandose las ganas de follarse a aquel chiquillo— Ese es el problema.
Kitty suspiró cansado y se tiró en la cama, mientras miraba el techo con un puchero sobre sus labios. Se puso un pantalón ancho, junto a una sudadera dos tallas mas grandes.
Iba a castigar a Agust.
Y Agust observó como la hermosa figura del pelirosa, se escondía entre toda esa ropa ancha, quiso reprochar pero se aguantó.