Obsession ||Yoonmin||

10

— Lo tendré así— Habló Kitty— Lo dejaré suelto, pero no haga travesuras.

— ¿Por qué estas tan seguro de que no haré algo?— Dijo y Kitty se sentó en sus piernas.

— Porque no querrá verme enojado— Dijo con una sonrisa, mientras pasaba sus brazos por el cuello de Agust— Y porque usted tampoco quiere irse.

— ¿Cómo estás tan seguro de eso?

— Porque anoche no se fue. La llave estaba en la mesa— Dijo— Y solo se dedicó a mirarme como dormía.

— No vi la llave.

— ¿No la vio o no la quiso ver?— Dijo con una sonrisa traviesa— Con ese silencio me queda todo claro.

Agust rodó los ojos y Kitty relamió sus labios.

— ¿Por qué se hace el difícil? Sé que se muere por tocarme— Dijo— Por besarme— Se acercó a los labios de Agust y rozó sus labios— Por follarme— Dijo y movió sus caderas— Y yo no lo estoy rechazando. Yo quiero que lo haga.

Agust llevó sus manos hasta las caderas de Kitty y detuvo fuertemente sus movimientos.

— No me provoques, niño— Dijo— No sabes de lo que soy capaz y no querrás saberlo.

— ¿Y si quiero?— Dijo mientras pasaba su dedo por el cuello de Agust y después fué bajando, por el pecho de este, por su abdomen y llegó a la entrepierna del mayor y la apretó— Quiero saber de lo que es capaz.

Agust frunció el ceño, cuando sintió presión en su entrepierna. Alejó rápidamente al menor y se levantó del sillón.

Él no queria exitarse.

— Que te follen— Dijo y Kitty sonrió.

— folleme usted— Dijo, mientras se levantaba del sillón y caminaba hacia Agust.

Pasó sus brazos por el cuello de este y rozó sus labios con los de Agust.

Y Agust no soportó y juntó sus labios con los de Kitty. El pelirosa sonrió entre el beso y después jadeó, cuando el mayor tomó uno de sus muslos y alzó su pierna, para que quedara a la altura de su cintura.

Agust llevó sus manos hasta el trasero de Kitty y lo apretó a su gusto. Kitty llevó sus manos hasta la nuca de Agust y enredó sus dedos en las hebras de este.

— ¿Es lo que querías? Lo tuviste— Dijo Agust y se separó de Kitty.

Kitty relamió sus labios y después pasó sus dedos sobre sus labios.

— Besa muy bien— Dijo Kitty y salió de la habitacion, dejando un candado por fuera de la puerta para que Agust no haga nada indebido.

Cuando Kitty se fué. Agust sonrió ladino y relamió sus labios, se miró en el espejo y vio que su boca estaba roja, por el labial de Kitty.

— Ese niño.