Obsession ||Yoonmin||

7

Agust observaba fijamente a Kitty. El pelirosa se estaba vistiendo frente suyo y él no podia no mirarlo. Era imposible.

— Las fotos duran más, Señor Agust— Dijo Kitty, mientras se daba la vuelta y miraba al mayor.

— Te estas vistiendo frente mío, ¿que quieres que haga?— Reprochó y Kitty sonrió burlon.

— Que me mire— Dijo— Y que observe todo lo que puede ser suyo. Pero usted no se pone las pilas.

— Ya te dije, niño. No...

— No estas interesado en m mí. Eso ya lo sé— Dijo fastidiado— Pero yo puedo hacer que aquello cambie.

— Haz lo que quieras— Dijo.

Kitty sonrió ladino y caminó hacia Agust. Se sentó en el regazo de este con sus dos piernas a los lados del mayor y pasó sus brazos por el cuello de Agust.

— ¿Que haces, niño?— Dijo Agust mientras se echaba hacia atrás.

— Usted me dijo que haga lo que quiera— Dijo— Y le estoy haciendo obedeciendo.

— Cuando te conviene— Reprochó el mayor.

Agust sintió como Kitty enredaba sus pequeños dedos en sus hebras rubias y al sentir el cálido aliento del menor en su cuello comenzó a alejarse.

— Hey, aléjate — Dijo Agust y cuando sintió la húmeda y cálida lengua del pelirosa, comenzó a removerse— Esto es violacion.

— Solo son besos, Señor Agust. No sea exagerado— Dijo Kitty y se levantó— Usted es muy aburrido.

Kitty se dió la vuelta y tomó el francotirador que se encontraba en la cama y se lo puso en su espalda.

— ¿Que es lo que vas a hacer?— Preguntó.

— Tengo un trabajo— Dijo con una sonrisa burlona— Ya lo sabrá cuando salga en las noticias.

Kitty se acercó a Agust y plantó un beso en los labios de este.

— Nos vemos despues, Señor Agust— Dijo el pelirosa con una sonrisa coqueta, antes de salir de la habitación.

Y Agust solo pudo sonreír ladino.

Agust estaba aburrido. Ya era demasiado tarde y lo sabia porque el pelirosa, habia comprado un reloj para la pared, televisión y otras cosas más, por ejemplo, espejos, cama, muebles y un sillon de cuero negro.

— Perfecto— Exclamó Aguat frutrado.

Y comenzó a moverse, tratando de de soltarse de las sogas, pero lo unico que logró fue lastimarse sus muñecas, más de lo que ya estaban.

— Señor Agust— Se escuchó el llamado de Kitty.

— Mierda— Gruñó y dejó de moverse.

Y Kitty apareció en la habitacion, con una sonrisa en au rostro. Su ropa estaba con sangre y tenía una herida en su pomulo derecho.

Se veía sexy a la vista de Agust.

— ¿Quiere saber que fue lo que hice?— Preguntó, mientras caminaba hacia el sillón y tomaba el control remoto— Miremos las noticias.

— Noticias de ultimo minuto. El señor Park, dueño de la compañia Park, acaba de fallecer en una balacera. Le dieron un disparo en la cabeza y lo apuñalaron repetidas veces, causandole la muerte definitiva.

Agust dirigió su mirada a Kitty, cuando escuchó aquello y una sonrisa burlona apareció en su rostro.

— Ni creas que con eso me vas a convencer— Exclamó.

— No pienso convencerlo. Usted vendrá a mí — Dijo y Agust solo soltó una carcajada.

— Sueña, niño.