Estaba más que decidido a irse de la mansión. Ya no soportaba estar un minuto más encerrado ahí, recibiendo órdenes por parte de su padre. Siendo cuidado y vigilado como un niño pequeño que fuera a causar algún daño. El era dueño de su propia vida y podía elegir por sí mismo como vivirla.
Damián aventó en su mochila el último par de calcetines limpios que tenía, cerró la cremallera con brusquedad y salió de su habitación azotando la puerta con furia.
No sabía a dónde irían o que iba a hacer una vez que atravesará la puerta principal de la mansión. Buscar a su madre no era una opción, no cuando asesinos profesionales estaban todavía detrás de ella. Tampoco tenía intención de quedarse por más tiempo bajo el cuidado de su padre. La calle o un refugio temporal sería suficiente cómodo como para pasar unas noches mientras ideaba un plan a largo plazo que no fuera solo sobrevivir en Gotham.
—¡Dick, concéntrate por favor!. Eres patético amigo.
Damián se detuvo frente a la habitación de Dick una vez que escuchó la voz frustrada de Barbara Gordon. El no pensó en sus acciones, sólo abrió la puerta y los vio a los dos. Barbara y Dick estaban sentados en el piso con los pies doblados, en medio de ambos una pequeña mesa de madera tenía un avanzado juego de ajedrez. Y a un lado de Dick, Helena dormía plácidamente tirada en una cobija ajena a la molestia que fluía de Barbara Gordon.
—¿Qué quieres Damián?—preguntó Dick dejando escapar un largo suspiro cansado mientras seguía con la mirada fija en las piezas del juego.
—Nada. Solo quería ver como Barbara te gritaba una última vez. Pero parece bastante...—Damián frunció el ceño estudiando lo—Aburrido.
—Si, aburrido. Si ya terminaste de observar mejor vete de una vez. Escabúllete en las sombras mientras Bruce y Alfred no están como la escoria malagradecida que eres.
Damián resopló molesto, lanzó su mochila al suelo. Tomó una silla de la pequeña mesa de la esquina y la coloco delante de ellos, se sentó y recargo los brazos en el respaldo. Miro con aburrimiento el juego dándose cuenta del porque el origen de los gritos de Barbara. Dick parecía distraído, su mente debía de estar en otro lado. Todos los movimientos que había hecho con sus piezas en el tablero eran incorrectos, parecía querer terminar rápido la partida de ajedrez obteniendo un jaque mate por parte de Barbara.
—Te vas Damián, ¿Por qué?—preguntó Barbara con interés enfocándose en él.
—¿Por dónde empiezo?... Bueno, podría empezar diciendo que mi presencia y existencia desde un inicio a ocasionado molestia a todos los presentes.
—¡Claro que no!. No digas eso, a mi mi agradas. A nosotros nos agradas, ¿Verdad, Dick?.
Se dirigió a su amigo sin obtener alguna respuesta. A Damián no le sorprendió, sabía que el hijo adoptado de Bruce Wayne lo odiaba, había dejado muy en claro que su presencia era una molestia desde la primera vez que se conocieron en la cocina.
Barbara no volvió a preguntar sólo guardo un extraño silenció, aún que Damián noto la incomodidad entre ellos. No estaba seguro de cuánto tiempo estuvieron así, pero cuando Barbara iba a terminar el juego con un último movimiento de su reina, un estruendo resonó y la luz de la habitación desapareció.
—¿Qué pasa?.
Escuchó preguntar a Barbara en la oscuridad mientras se levantaba. Damián encendió la lámpara de su celular y se acercó a la ventana, hizo a un lado la cortina y miró luces de lámparas moviéndose por el partió trasero.
ESTÁS LEYENDO
Ella Siempre Me Odiara-Selina Y Bruce (Batcat)
FanfictionSelina puede estar locamente enamorada de Bruce, pero eso no significa que esté ciega. Ella sabe que algo muy grande le ha estado ocultando su esposo en los últimos años. Al principio no le dio mucha importancia, creyendo que Bruce en cualquier mome...