Ella Siempre Me Odiara-Selina Y Bruce (Batcat)

Capítulo 1

Selina Kyle no era estúpida, sabía perfectamente cuando una persona le mentía. Años completos de tener que engañar a los contrabandistas de Gotham, solo para obtener un mayor beneficio económico con los objetos que robaba y vendía, le había otorgado la habilidad de detectar la mentira de la verdad con sólo una prolongada mirada. 

Durante los últimos años usó esa habilidad para algo más sencillo como saber si Dick rompió o no el cristal de la cocina con el balón, eso fue hasta que su atención se enfocó por fin en el comportamiento y rutina que llevaba Bruce. 

Selina podía estar locamente enamorada de Bruce, pero eso no significaba que estuviera ciega. Ella sabía que algo muy grande le había estado ocultando su esposo en los últimos años. Al principió no le dio mucha importancia, creyendo que Bruce en cualquier momento confesaría lo que estaba mal, pero se equivocó. El guardó silencio y  fue así como la mayoría de su relación se tensó. 

—¿Por qué?. ¿Por qué tienes que ir de nuevo a esa estúpida reunión en Metrópolis?—exigió molesta Selina a su esposo—No acabas de ir hace tres días. 

Se suponía que luego de la restauración de Gotham todo volvería a una extraña, pero buena  normalidad. Y no fue así. Bruce se pasaba la mayor parte del tiempo en la compañía Wayne, yendo de un lado a otro en compañía de su odiosa asistente Cyndia mientras hacía tiempo para la familia, negoció y Batman. 

—Salió una urgencia, necesito resolver esto de inmediato. Apoco es tan difícil de entender—respondió Bruce de manera brusca. 

Claro que lo era. No lograba entender que podía ser tan urgente como para que Bruce hubiera abandonado la mesa en medio de la cena. Siempre cuando una llamada o mensaje de trabajo entraba a esa hora, Bruce no respondía, sólo apagaba el celular y continuaba con la cena, disfrutando de la compañía de su pequeña familia. Pero esa noche, no. Bruce contestó de inmediato y se alejó de todos para obtener algo de privacidad, sólo preocupando a Selina más. 

Minutos después ella logró localizarlo por fin en su habitación, solo para descubrir por parte del mismo Bruce, cómo se iría por unos días de nuevo a Metrópolis. 

Selina solo vio como seguía arrojando un par de cambios más a su maleta. Y lo notó. Se percató de cómo no iba ningún traje de negocios que su esposo solía usar para juntas o cerrar tratos, como si de pronto su viaje no tuviera ninguna relación con la empresa Wayne. 

—¿Te acompañará Cyndia?—se atrevió a preguntar, aún cuando sabía la respuesta. 

—Sí—dijo Bruce. El pareció sentir su mirada recorriendo sus acciones, porque cerró la maleta con brusquedad solo para observar a través de la cama—Es mi asistente, Selina. 

De pronto sintió de nuevo esos celos por la tonta y guapa asiste de su esposo. La respuesta de Bruce provocó que de nuevo todas esas teorías que había estado creando en su mente, se vieran más sólidas, más reales. 

—¡Si, claro!—dijo con ironía. 

Selina dio media vuelta y tomó asiento en el sofá, solo mirando con más molestia a Bruce. Él sabía cuánto odiaba a su asistente y aún así no hacía nada para cambiar eso. Últimamente el nombre de Cyndia se encontraba en todos lados; En conversaciones casuales en la cena, fiestas y eventos. Y no solo eso, sino también su odiosa presencia. Una semana atrás Selina había llegado antes del club Sirens, solo para encontrarla en él estudio con su esposo, ambos tomando una copa mientras hablaban y trabajaban. Selina al principio fingió que no le molestaba ver o escuchar a la joven pelirroja, pero luego de que empezará acompañar a su esposo a los viajes de negocios, no pudo ocultarlo más.

—No volvamos a esto, Selina. No estoy de humor para pelear contigo esta noche—advirtió Bruce en voz baja. 

Habían tenido últimamente bastantes discusiones en su habitación, lejos de los oídos de Dick y Helena. La mayoría de la veces, Selina empezaba hablando mal sobre la relación que tenía con Cyndia, aumentando cada segundo el volumen de voz, hasta terminar en gritos.