Ella Siempre Me Odiara-Selina Y Bruce (Batcat)

Capítulo 3

La presencia de Damián la ponía incomoda hasta tal grado que evitaba mirarlo la mayor parte del tiempo. Cuando se topaban por accidente en alguna parte de la mansión, Selina de inmediato inventaba una excusa para abandonar la zona en donde se encontraba el niño, huyendo así de la misma mirada azul que Damián compartía con Bruce.

La primera mañana luego de que el niño de diez años apareciera en la puerta de su hogar diciendo que era el hijo de Bruce Wayne, no sólo provocó un ambiente tenso e incómodo en cada centímetro del lugar, sino también inició un cambio brusco en la rutina que tenía su vida.

Selina se levantó a la misma hora que normalmente hacía en un viernes, se dirigió primero a recoger a Helena y después de que ambas estuvieran arregladas para comenzar la mañana, se dirigieron al comedor para poder disfrutar de su desayunó.

Lo primero que notó cómo todos los días anteriores al entrar a esa especifica aérea de la mansión, fue el plato extra que Alfred coloco en la mesa cuadrada. Su estómago de pronto se revolvió y lo único que quiso fue correr lejos de la presencia del niño, que le recordaba una vez más como Bruce había roto la confianza que durante tantos años formaron, más en cambio, respiró hondo y colocó a Helena en su lugar correspondiente.

Tan pronto como tomó asiento, vio cómo entró Dick seguido por un serio Damián. Ambos niños no parecían mejorar la situación con las miradas mutuas que se regalaban en silencio, las cuales dejaban muy en claro que la presencia del otro no era de su agradó.

Cuando todos estuvieron sentados, un conocido incómodo silencio se extendió por el comedor. Selina contempló a Damián por un segundo, solo basto una pequeña y corta mirada que se regalaron ambos, para que pudiera sentir de nuevo esa conocida apuñalada por parte de quién creía era su correcto esposo.

Sin poder soportar de nuevo la verdad, Selina bajo la mirada y comenzó a comer su desayuno en silencio. Todos parecían no estar de un buen humor ese mañana, nadie dijo ninguna palabra, pero era claro lo que cada uno podía llegar a pensar o sentir en aquel instante.

***

Selina siempre fue cuidadosa con cada una de las personas que conocía o dejaba entrar a su vida. Y esa tarde cuando se propuso por fin conocer un poco a Damián, no pudo evitar sentirse un poco nerviosa ante la idea de tener que hablar con ese niño de porte serió y carácter frío que no decía más allá de tres palabras.

Primero caminó con cautela recorriendo cada aérea de la mansión, buscando la presencia del hijo de Bruce Wayne. Normalmente el niño se encontraba en la sala de entrenamiento, golpeando con dureza el saco de boxeo, pero esa noche pareció ser la excepción. Y Selina resopló con frustración, al notar como el saco parecía intacto de la furia del pequeño Wayne.

Selina continuó caminando por el pasillo, abriendo puertas y buscando al intimidante niño Damián, mientras manobreaba con las dos tazas que llevaba en las manos. Una pequeña ofrenda de paz.

La verdad era que las horas que estuvo encerrada en su habitación en completa soledad, mirando el techo blanco y escuchando nada más que su respiración, sirvió para que se diera cuenta de que fingir que la presencia de Damián no la afectaba, era como si intentará ocultar la existía del niño. Y eso no podía esconderse, no cuando Damián había desayunado delante de ella. No cuando compartía la misma mirada que su hija Helena, heredada por parte de su esposo Bruce.

Selina entonces llegó a la conclusión de lo que mejor que podía hacer en esos días mientras Bruce volvía de su viaje de Metrópolis, era intentar romper la tensión que tenía con el niño. La mejor forma de hacerlo fue permitiéndose conocer aunque sea un poco a Damián. Fue entonces cuando abrió la puerta del estudio que lo encontró. El se encontraba sentado en la alfombra roja, con las piernas dobladas mientas leía con concentración un libro.