Ella Siempre Me Odiara-Selina Y Bruce (Batcat)

Capítulo 15

Cuando Damián abrió los ojos lo primero que vio fue un enorme ventanal que iba del suelo al techo. Su mirada azul contempló con sorpresa el cielo estrellado, el intenso brillo de la luna y la oscuridad que cubría con belleza la ciudad. Parecía una hermosa y enorme pintura que se había plasmado través del ventanal, una genuina obra de arte que al menos una vez las personas en su vida debían de contemplar. Podía haber pasado horas, solo contemplando el exterior, sintiendo esa agradable paz y tranquilidad que desde hace mucho tiempo no lograba capturar. Por un instante pudo imaginarse esa noche caminando entre las calles de Gotham, llevando la mochila con sus pocas pertenencias colgada en su hombro, tomando el camino contrarío que lo llevaría lejos de su padre y toda la locura interna de Gotham.

Podía haber pasado horas ahí, sólo imaginando un futuro propio en donde no tuviera que estar escondido entre las sombras del apellido Wayne.  Y lo hubiera hecho si un quejido de dolor no se hubiera escuchado.

Girando la cabeza se encontró con sorpresa a Dick desmayado, sentado a unos metros con la cabeza baja y un moretón en la frente, parecía desde ahí como si solo estuviera durmiendo una siesta.

Damián dejó los sueños de un presente imaginación, con sorpresa se dio cuenta como sus manos al igual que las de Dick no se encontraban amaradas a los brazos de las sillas. Era extraño pensar en que Jeremahia se le hubiera escapado ese detalle. Damián se levanto, incapaz de permanecer más tiempo inmóvil, sintió sus pies pesados cuando camino.

Su sangre hirvio de pronto y el dolor punzante de su cabeza solo aumentó. No sabía que juego quería empezar Jeremahia y tampoco estaba dispuesto a descubrirlo. Se acercó a Dick en dos zancadas y apoyo las manos en cada brazo de la silla.

—Despierta Dick—gruñó entre dientes apretados, tratando de despertarlo.

Su mirada azul hecho un rápido vistazo a la puerta blanca del fondo, esperando ansioso ver en cualquier momento a Jeremahia ingresar.

Nada, solo un terrible silencio.

Agarro a Dick por los hombros y lo sacudió con fuerza. En esos momentos no le importa en lo mas mínimo asustarlo. Tenía una oportunidad para escapar de las garras de Jeremahia y con cada segundo que pasaba desmayado, esa ventaja disminuía.

—¡Dick, maldición despierta!—gritó sacudiéndo sus hombros.

Lo soltó de golpe. Retrocedió unos pasos y se giro hacia la ventana, era hermosa la vista y no lo entendida. Jeremahia planeaba algo y el no saberlo lo consumía. Cerró los ojos e intentando serenarse. Y entonces Dick abrio los ojos y soltó un grito ahogado. Su mirada recorrió la habitación vacía con ojos frenéticos para terminar enfocándose en él.

—¿Qué pasó?, ¿Donde estamos?.

Damián no respondió a la pregunta, al no conocer la respuesta. Un silencio se extendió por la habitación mientras se contemplaron uno al otro. Dick se levantó con esfuerzo y se acercó a la ventana. Observó el  exterior por unos minutos y su mirada cayó en el reconocimiento.

—Estamos en el borde sur de la ciudad, en las fábricas abandonadas—explicó Dick—¿Qué hacemos aquí?, ¿Dónde esta Jeremahia?.

Damián permaneció impasible a excepción por la mueca que apareció en su rostro cuando habló.

—No lo se, pero tenemos que salir de aquí antes de que ese loco aparezca. ¿Tienes tu celular?—preguntó Damián. Dick palmeo su ropa y negó
—No lo entiendo, nos encierra en esta habitación, pero no nos restringe con cuerdas o mordaza. Tampoco con vigilancia, pensé que al menos estaríamos bajo el cuidado de alguno de sus lunáticos.