Capítulo 11

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—La verdad es que no me sorprende.

—Tampoco a mi.

—Al menos era Barbara quién estaba a cargo de Helena—se sintió mejor al saberlo—Ella es una niña muy responsable y dulce, todo lo contrarío a ti.

Su amiga bufo por ese último comentario. Selina la miró y sonrió con sinceridad. Barbara tenía más de una hora sentada en la incomoda banca de la celda. Había llegado principalmente para ver como se encontraba, luego le compartió de forma rápida la situación del club para concluir los hechos de la noche anterior en la mansión.

—Soy una buena persona... O al menos lo intentó—se corrigió.

Selina asintió estando de acuerdo. Los últimos años se habían mantenido ambas al nivel de la ley. El club Sirens era principalmente eso, un lugar en donde los ciudadanos de Gotham podían ir a bailar y beber. Ya no se encontraba rastro del negoció de las armas que manejaron en su momento, la mayoría de relaciones con los criminales estaban rotas. Y a Selina le gustaba un poco esa paz de llevar una vida normal. No tenía que preocuparse por recibir un disparo por la espalda.

—Y a todo eso, ¿A dónde fueron Dick y Damián?—preguntó intrigada. Lo último que recordaba era a Dick queriendo mandar lo más lejos a Damián. La idea de que estuvieran pasando tiempo juntos, era sospechosa para ella.

—No lo se, Barbara no me dijo. Al parecer ser una madre cool no trae consigo el beneficio de toda la verdad. —respondió su amiga, se levantó y limpió con suaves golpes el polvo de su pantalón—Debió ser un lugar retirado para que hayan tomado el automóvil de Bruce.

—¿Has ido a la mansión?—preguntó Selina, recibió un asentimiento por parte de Barbara—¿Y como están las cosas por allá?—agregó para saber que sucedía fuera de esa pequeña habitación llamada celda.

—¿Quieres que sea sincera?.

—Totalmente—respondió Selina.

Bruce había ido un par de veces a verla, cuándo le preguntaba cómo estaba los niños, su esposo respondía que bien, pero no daba mayor información que eso. Ella sabía que decía eso para no preocuparla, pero con Barbara ere otro asunto, ella era sincera aún cuando la verdad doliera.

—Bastante mal. Dick se peleó hace unos días con un compañero en la clase de educación física, ha estado faltando un poco al colegio y la mayor parte del día se encuentra encerrado en su habitación. Además, he ido pocas veces a la mansión pero en esas visitas Bruce nunca está, Damián se la pasa solo en la sala de entrenamiento golpeando a ese pobre saco y Alfred se encarga de cuidar la mayor parte del tiempo a Helena.

—Al parecer las cosas no van tan bien como Bruce me ha dicho.

—No. No lo están—confirmó Barbara—No se porque sigues creyendo cualquier cosa que diga Bruce. Es un maldito mentiroso.

—Creó que es por que se ha vuelto un buen mentiroso. Ya podrás imaginar toda la experiencia que ganó durante todos estos años que escondió a Damián—dijo Selina—Por cierto, en la mañana Jim me visitó. Me dijo que en dos días me van a trasladar a la prisión Blackgate, mientras se programa un juicio.

—Eso reduce tus posibilidades de salir de aquí.

—Lo sé.

Estaba acabada. Los abogados de Wayne sólo le otorgaron un poco más de tiempo. Ella no era tonta, sabía que todas las evidencias encontradas en la escena del crimen la apuntaban como la única responsable. Y aún cuando su mente se hallaba borrosa en los sucesos de esas últimas semanas, tenía duda de haberlo hecho. Se conocía a sí misma y sabía que aún cuando él enojo estuviera al límite, no podía haber asesinado a Cyndia. No de aquella forma tan cruel y tonta como para señalarse como responsable.

Ella Siempre Me Odiara-Selina Y Bruce (Batcat)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora