El desayuno de un líder nunca es en casa. Chen Yongnan partió hacia el cuartel general del ejército chino junto con Chen Jinghe y Chen Yangsun, como cada día, antes del amanecer. Los hombres de la familia Chen vivían y respiraban trabajo en cada minuto. Jinghe solía decir que, en tiempos de incertidumbre como estos, un segundo de retraso podía ser demasiado tarde.
—Anoche llevaste a Fang Xin de paseo, ¿cierto? —preguntó su tío en cuanto el coche oficial salió del portón de la casa. A pesar de la gran cantidad de trabajo, Jinghe siempre se preocupaba por los miembros de la familia. Yongnan inclinó la cabeza en señal de respeto y respondió humildemente:
—Sí, tío. Me da pena que Fang Xin no haya podido salir mucho desde que se casó con la familia Chen. Desde entonces, ha sido una guerra tras otra. Yo mismo he estado tan ocupado que apenas he tenido tiempo para Fang Xin.
—Hiciste bien, Yongnan. Es bueno que cuides de tu esposa así —respondió Jinghe.
—¿Cuándo le darás un hermanito a Xiaozhong? —preguntó Yangsun, el primo mayor e hijo de Jinghe, apartando la vista del periódico con una sonrisa familiar.
—Mira a tu primo, ya tiene tres hijos y tú solo tienes a Xiaozhong. A este paso no tendrás a nadie que te ayude —bromeó Yangsun, quien había tenido a su tercer hijo a principios de ese año: un hijo mayor, una hija en medio y otro hijo recién nacido. Yongnan sacudió la cabeza, sonriendo ante la broma de su primo.
—Me gustaría tener más hijos, pero la salud de Fang Xin ha sido muy frágil desde que dio a luz a Xiaozhong. Si tuviéramos otro, no creo que su cuerpo lo resistiera —dijo Yongnan.
—Es cierto —Yangsun se acarició la barbilla, pensativo—. Entonces, ¿por qué no te casas con otra mujer como concubina para que te cuide y te dé más hijos? Estoy seguro de que Fang Xin entendería la naturaleza de los hombres como nosotros.
Tener varias esposas no era algo extraño, especialmente en las clases altas. Sin embargo, Yongnan nunca había considerado esa opción.
—Con una esposa ya apenas tengo tiempo para hacerla feliz, no quiero arrastrar a otra persona a compartir mis preocupaciones —replicó.
En ese momento, pensó en alguien más que acababa de acoger bajo su protección. El joven rostro de esa persona le recordó que no deseaba que nadie más se interpusiera entre ellos, alejándolo aún más de ese joven. Por eso, le habló a su tío de inmediato:
—Anoche llevé a Fang Xin a ver una ópera con el maestro Yang, y también nos encontramos con Yao Hongli —comentó Yongnan, cambiando el tema para contarle a Jinghe sobre la conducta de un político de su círculo, y explicó cómo había conocido a Wenbao.
—Wenbao es un niño que rescaté de un burdel y que dejé al cuidado del maestro Yang. Nunca imaginé que terminaría en una situación como esta, así que decidí acogerlo en casa. ¿Tienes algún inconveniente con eso, tío?
—¿Qué inconveniente podría tener, Yongnan? —respondió Jinghe con amabilidad—. Ayudar a los demás es una bendición. Nuestra casa es lo suficientemente grande para recibir a otro chico. Puedes criarlo y educarlo como desees, yo no me opondré. Pero lo que me preocupa es el comportamiento de Yao Hongli.
—¡Cómo odio a esa gente! —exclamó Yangsun, furioso—. Mientras nosotros nos matamos trabajando y arriesgamos nuestras vidas en la guerra, esos políticos que deberían estar dirigiendo el país en lugar de tu padre se aprovechan de la situación para robar fondos públicos y se comportan como si fueran intocables. ¡Encima, le dan a los socialistas más razones para atacarnos!
Jinghe también estaba preocupado por este asunto. Mantener al país lo menos dañado posible en medio de la guerra, que se había expandido y convertido en una guerra mundial de ocho años, era una tarea ardua. Jinghe debía coordinar con las naciones aliadas y defenderse de los ataques japoneses, lo que le dejaba sin tiempo para asistir a las reuniones del parlamento. Esto permitió que los políticos corruptos aprovecharan la oportunidad para desviar enormes cantidades de fondos del país.
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El Telón De Seda Con El Patrón del Tigre [ม่านไหมลายพยัคฆ์]
De Todo"El tigre de la nación no teme ni se rinde ante nada, incluso si eso le quita la vida. Un tigre no se rinde; saltará y luchará hasta su último aliento." Traducción al español sin fines de lucro. ¡¡¡NO ROBAR MI TRADUCCIÓN!!!