—¿¡Qué se supone que haces con ese chico!? —Maeve gritó por decimoquinta vez en los últimos treinta minutos.
Me encontraba tirada en el sillón, con mis piernas recogidas contra mi pecho. Desde que Luwit y Brad se marcharon, Maeve no ha parado de increparme buscando el motivo por el cual volví a hablarme con Snuff. Lo odia con su vida, nunca le dio buena impresión.
—¿Quieres, por favor, dejar de gritar? —espeto, molesta.
—¡No evadas mi pregunta! ¿Volviste con ese chico? ¿Sí o no?
—¡Ya te he dicho que no! —contesto, totalmente exaltada— ¡No me has querido escuchar! ¡Dije que no he vuelto con él, sólo hablamos, es todo!
—Ese chico te volverá a meter en ese mundo —expresa con voz dura—. Tan sólo recuerda cómo estabas hasta hace unos meses atrás. Eras un zombi, Kryn.
Maeve intentó acercarse a mí un montón de veces en la época que estaba siendo una dependiente a la droga. Nunca lo conversamos a fondo, porque siempre me terminaba cerrando a ella o huía de la conversación. Jamás le confirmé que me metía cosas al cuerpo, pero es mi madre, me conoce perfectamente, sabe cuando algo no anda bien conmigo, y por esos tiempos, ella estuvo más presente que nunca, tratando de ayudar, de enviarme a centros de rehabilitación, pero siempre encontraba la manera de escapar de esa bochornosa charla.
Por suerte, medio recapacité a tiempo, y todo esto sólo quedó como un muy mal recuerdo que no queremos volver a desenterrar.
Y digo que medio recapacité, porque, hasta hace una hora, estaba a nada de mandar a la mierda todos estos meses estando limpia.
Desde que me he tomado en serio esto de limpiarme, las secuelas se han mostrado cada vez más fuertes. Por eso tantos temblores en mis manos, el sudor excesivo de la nada, ese frenetismo al moverme y ponerme nerviosa, loca como una cabra.
—No lo hago más —musité en respuesta, algo avergonzada—. No creas que hablo con él para comprarle, siquiera pienses que regresamos, porque ninguna de las opciones que tienes lo es.
—¿Entonces qué es?
Su mirada me analiza detalladamente. ¿Ella sospechará? Lo más seguro es que sí luego de aquel tiroteo fuera de nuestra casa. Algo me dice que Maeve sabe algo que no quiere contarme, que de nuevo se está guardando secretos para no alterar nuestro lazo familiar, y mucho menos, nuestra confianza.
No es momento para indagar más, necesito centrarme primero en lo primero, que es tratar de asistir a la reunión con Taylor.
¿Es arriesgado? Demasiado para mi debilucho cuerpo.
¿Es necesario que vaya? Sí y no.
¿Por qué quiero ir? Porque hay algo que no me están contando, como dije, algo que me están ocultando exclusivamente a mí, y estar con ellos una vez esté el enfrentamiento cara a cara con Nut, sabré las respuestas.
Sólo debo pensar en algo minuciosamente para poder colarme en la reunión. Luwit no querrá que asista, es obvio, y Bradley no quiere que ponga ningún pie fuera de casa.
Además de que no quería que fuera con ellos. Aclaró que la gente de Mercy Blood ha estado patrullando en manada por los sectores nuestros: han raptado a más de diez niños durante el día a plena luz del sol. Es todo lo que sé.
—Nada que te interese —solté tras un rato.
Mi respuesta no pareció agradarle. Sus ojos me escudriñaron con total desprecio, sus labios formaron una tensa línea fina, y el típico agarre de sus manos en sus caderas.
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The South Bronx © [Español]
Fiksi RemajaEl Bronx no es tan diferente a como lo pintan en las noticias. Las personas del barrio no son tan distintas a como se enseñan en las películas. Los famosos ajustes de cuentas tampoco son tan fantásticos como suponen algunos. Y ser actores de un ases...