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—Uh, ¿Dijiste algo?— el reciente sonido del trueno había aturdido sus oídos por breves segundos y por ende no escuchó correctamente lo que el contrario había dicho.

JungWoo sonrió con nerviosismo negando con la cabeza mientras se golpeaba mentalmente, no imaginaba lo que pasaría si JaeHyun escuchaba aquel nombre y tampoco quería descubrirlo.

—Está bien, provecho.— le mostró sus hoyuelos en una dulce sonrisa, así que ambos comenzaron a comer con bastante lentitud la pizza, pues estaban esperando que la lluvia cesara aunque sea un poco.

JaeHyun tenía los pelos de punta, no sabía si era porque le pareció escuchar el nombre de aquel maldito que atormentó a su hermana tanto tiempo o por el hecho de que JungWoo tenía su cálida mano encima de la suya, tal vez era un acto que tenía ya de costumbre, pero sentir aquellos largos dedos acariciar su mano no le ayudaban en nada. Tanto que gruñó con molestia cuando el chico la alejo.

—Si yo no fuera tan dulce cómo tú crees... ¿Aún me querrías?— la repentina pregunta saco de aquel mini trance a JaeHyun. ¿A qué venía eso ahora?

—No lo creo, porque en tu pequeño ser la palabra maldad no queda... Aunque no importa si no eres tan dulce cómo pienso, igualmente eres humano y obviamente no puedes ir por ahí dándole amor a todo mundo, te querré sin importar qué. — hizo una pequeña pausa y luego apretó su mejilla con suavidad. —Pero eres un ángel, JungWoo. No hay más que dulzura en ti.

¿Por qué?, JungWoo no era un ángel, era malo, egoísta y mentiroso. Soy todo lo que no ves, porque estás demasiado ocupado viendo lo que parezco.

—Estoy seguro que te decepcionarías mucho— simple y sincero, no mide sus palabras a la hora de hablar.

—No entiendo porque me decepcionaría... Tú no tienes que complacer a nadie, no necesitas demostrar nada, las personas te amarán por quién eres y como eres.—

Aquellas palabras resuenan en su cabeza y piensa en los miles de; JungWoo cambia tu vestimenta, JungWoo no hables mucho, JungWoo se más como yo.

Y su cabeza duele porque es un completó lío, ¿Por qué Yuta era... Malo?, ¿Yuta era malo?

Porque en esos instantes tenía tantos impulsos de golpearlo hasta que sus nudillos sangraran, pero también quería esconderse en sus brazos y llorar.

Quería escuchar aquellas dulces palabras que le decía cuando lo consolaba, cuando le decía que todo lo que había hecho no era su culpa, que el único culpable era él.

Porque Yuta lo ama pero lo lástima y no hay equilibrio en eso, pero él no puede dejarlo porque nadie más lo amara con tantas heridas y lagunas mentales.

—¿Dije algo incorrecto? Perdona si me pase— JaeHyun acaricia sus dos mejillas observando el rostro serio ajeno, sus ojos se ven vacíos y no hay una pizca de nada. —¿Woo?— vuelve a llamarlo y es cuando los ojos ajenos se conectan con los suyos, está vez mostrando un lindo brillo.

—Lo siento, la lluvia me pone pensativo— se disculpa inmediatamente, dándose cuenta que evidentemente la lluvia cesó.
—Creo que deberíamos irnos... Debo volver con mi madre y...— JungWoo sonríe dulcemente y JaeHyun asiente, poniéndose de pie, ofreciéndole su mano.

Ambos caminan hasta el estacionamiento dónde JaeHyun dejo su auto y en poco rato se dirigen a casa de JungWoo.

Y todo va realmente bien.

Hasta que ven a la policía y la ambulancia afuera.

- ̗̀ʚᴏʙsᴇssɪᴏɴ;; ʏᴜᴡᴏᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora