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Un largo gemido abandonó su boca en cuanto los labios del japonés llegaron hasta su sensible cuello, sus mejillas están de un lindo color rojizo y su respiración está agitada.

Es entonces cuándo escucha la grave voz sobre su oído »¿Está bien si sigo?«

JungWoo siente que su alma lo abandona, ¿Qué sucedía con su novio?, ¿Por qué de repente era tan dulce y amoroso? Yuta no era comprensivo, ni amable.

Yuta era un monstruo, era una bestia manipuladora y sin sentimientos.

¿Verdad?

Responde a su pregunta asintiendo con la cabeza y es entonces cuándo siente cómo el japonés comienza a retirar con paciencia sus prendas, tan cuidadoso y tierno, cómo la primera vez. Entonces abre sus piernas y esparce un poco del lubricante sobre su entrada antes de ingresar en él, obligando a JungWoo a apretar las cobijas bajo sí. Los movimientos del japonés son lentos y delicados, besando todo el rostro de su amado novio quién solo era un manojo de gemidos y jadeos.

Entonces cuándo casi pierden el aliento se murmuran un dulce "te amo" seguido de sonrisas cómplices y un distorsionado intento de sanar aquella increíblemente extraña relación.

Cuando ya nada te importa es fácil mentir así que, ¿Por qué no engañarse con tan melodiosas palabras?, ¿Por qué no dar una dulce mentira que por un momento parecería real?

La joven pareja se encuentra en la cama, JungWoo está jugueteando con los cabello del japonés quién parece más dormido que despierto y es entonces cuando escucha su grave voz, clásica de cuando acaban de hacer el amor.

—Sí estoy entre tus brazos puedo dormir plácidamente— inicia hablando, mientras sus brazos ejercen un poco más de presión sobre la diminuta cintura de JungWoo y su cabeza se colocaba sobre el plano pecho del menor. —A veces es muy difícil dormir, más cuando me doy cuenta de todo el daño que te hago. Me siento culpable— hay un corto silencio, dónde solo se puede sentir la suave y tranquila respiración de JungWoo, quién no ha dejado su labor de juguetear con su cabello.
—Sé que te he hecho muchísimo daño JungWoo. Y pienso remediarlo, por favor no me dejes, te amo— pero Yuta sabe que no es mutuo, lo sabe porque el corazón del menor no palpitó con fuerza como cuando le robó el primer beso o cuando al fin tuvo el valor de tomarle la mano. Pero Yuta puede volver a enamorarlo, está seguro de eso.
—Puedes hablar con Kun, Johnny, XiaoJun hasta con el imbécil de Lucas sí quieres, puedes volver al club de canto amor. Puedes tener tardes para tí solo, puedes hablar con SungChan tener amigos, volver a ser el JungWoo del cuál me enamoré.— el coreano no luce muy interesado en lo que sale de la boca del nipón, solo hace tiernos peinados con el cabello largo de su novio.

Yuta se queda al fin callado, sintiéndose plenamente decepcionado.

Es entonces cuando un largo suspiro abandona los labios rojizos del coreano y por fin se digna en responder —tú me hiciste así, ahora carga con tu creación Yuta.— después de eso no hay más palabras, Yuta está impactado.

Fueron las mismas palabras que le gritó a su madre cuando se metió en problemas, fueron las primeras palabras que le gritó a su padre cuándo comenzó a desobedecer y hacer lo que le placía y fueron las mismas palabras que les repitió a sus padres después de hacer alguna atrocidad.

Entonces no supo porqué, pero tuvo escalofríos y por un instante sintió miedo.

Del daño que le había hecho a JungWoo.

- ̗̀ʚᴏʙsᴇssɪᴏɴ;; ʏᴜᴡᴏᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora