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By Jimin

Me negaba a despertar. Me negaba a abrir los ojos y golpearme nuevamente con la realidad, pero el golpe incesante de la lluvia contra el suelo rompía todo el silencio en aquella habitación.

Nuevamente esa sensación extraña en el pecho no me había dejado dormir bien, era como un instinto demasiado vivo ardiendo en mi interior, dándome señales que debía prestar atención pero claramente yo ignoraba. Parecía arder más fuerte cuando me encontraba al borde del abismo apunto de caer, pero en vez de apartarme, yo me aferraba al borde, sin miedo, incluso si aquello me ponía en peligro.

Mi relación con Jungkook era como caminar al borde del abismo, en la deriva, nunca a salvo. Los tropiezos al borde eran nuestras peleas, los arrepentimientos, los besos, los polvos, el pasado, casi siempre tropezaba pero volvía a pisar fijo el borde, no llegaba a comprender del porque lo hacía, simplemente jugaba a caer y volver como si aquello no tuviera consecuencias.

Incluso antes de abrir los ojos, yo sabía que él ya se había ido, no lo había sentido irse pero sabía que no estaba, no lo sentía cerca, no lo escuchaba, no estaba su olor, ni su respiración, no había más un beso de buenos días, o un polvo por las mañanas, llegue a pensar que quizás Jungkook había perdido el interés en mi. Yo había cambiado mucho. Me lo había reprochado algunas veces pero nunca me puse a pensar en cuanto le afectaría a él, tal vez eso era el motivo de lo frío que se había vuelto nuestra relación, la escasez de sexo, de besos, de cercanía.

La noche anterior no había significado nada. No lo había visto en días, nos habíamos dejado llevar por esa necesidad de sentirnos, de vernos, de tocarnos, de recordar lo que sentíamos cuando nos besábamos, tal vez en nuestro sentido egoísta, veíamos al otro como un objeto de posesividad. Yo era suyo, él era mío. ¿Pero eso que significaba realmente?

Pase horas pensando sobre mi relación con Jungkook, no había hecho absolutamente nada hasta el mediodía, tampoco es que me pudiera mover mucho, aún estaba convaleciente por los golpes y el daño en mis costillas, eso era otro tema que tenía divagando en mi cabeza... Aún tenía los recuerdos muy vivos de aquel día.

Mi mente iba y venía entre Gore, la muerte de Yoongi, luego volvía a mi tortura mental; Jungkook. Me preguntaba que hacía por las mañanas, a donde iba, que pensaba, ¿Se iba porque no quería despertar conmigo al lado? O quizás me odiaba por lo de Yoongi, o sentía rechazo a lo que me había convertido. Mi pureza se esfumó cuando ataque a Gore, lo blanco se bañó de sangre que no me pertenecía, estaba manchado, sucio, me había vuelto uno más para él.

-¿Puedo pasar?

-Ya estás dentro.

-Lo siento, pensé que dormías, venía a revisarte, ya sabes, visita médica rutinaria.

-Tae, estoy bien.

-Como tu médico particular, solo yo puedo darte el alta, pero veo que no estás de humor, te veo luego... -iba a irse nuevamente y dejarme solo, era lo último que quería ahora mismo, si me quedaba solo un minuto más, seguramente estrellaría mi cabeza contra la pared o me lanzaría del balcón.

-¿Viste a Jin?

Si, lo sabía. El puto instinto ese que tenía había aflorado nuevamente. No había venido a hacer su chequeo médico rutinario como decía, necesitaba soltar todo lo que había pasado con Jin después de lo del secuestro y raramente venía a contármelo a mi.

-¿Entonces? ¿Lo viste?

-Trate de evitar cualquier contacto con él, pero lo vi en el hospital, él estaba preocupado. -Taehyung se sentó sobre el escritorio que había en la habitación, a unos metros cerca de la cama donde estaba acostado. Lo mire y me quedé en silencio esperando a que me contará un poco más. - Pensaba que me había sucedido algo en el incendio, me dio algunas explicaciones y aunque al principio no le creí... Me convenció. Creo que fue sincero.

Muñeco AcabadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora