Capítulo Uno.

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El sonido de la alarma interrumpió mis sueños, tenía bastante flojera aún, y había olvidado por completo que hoy era Viernes, día de escuela...En verdad no quería ir, estaba considerando levantarme y apagar ese ruido molesto, hasta que llegó a mis pensamientos la culpable de que fuera a la escuela todos los días con una sonrisa; Brittany.

Brittany era una de mis mejores amigas desde que entré a la preparatoria, nos conocimos en una fiesta en la cual abundaba el alcohol y las drogas, me la encontré vomitando en árbol debido a lo ebria que se encontraba...desde ese día habíamos sido como uña y mugre, hasta que mis sentimientos por ella habían cambiado radicalmente.

Me gustaba, no, no, más que eso...me fascinaba, estaba enamorada de Brittany Pierce, y estaba bastante segura de que ella sentía lo mismo por mí.

Hoy en particular era un día especial; le declararía mi amor a Brittany. Y esperaba ser correspondida.

Me levante de la cama, y fui directamente al baño a hacer mi rutina de limpieza que consistía en una ducha de 10 minutos donde borraba cualquier rastro de flojera que había en mi cuerpo.

—¡Santana, baja a desayunar! -escuche que grito mi mamá desde el piso de abajo.

—¡En un minuto! -le respondí mientras terminaba de cambiarme.

Me mire en el espejo y me gusto lo que vi, hoy iba con una confianza en mí misma que no había visto en años. Unos jeans negros, camiseta de cuadros, y mi beanie en la cabeza. Nada mal.

Baje las escaleras lo más rápido que pude, se estaba haciendo algo tarde, y quería desayunar algo antes de irme. Me senté en la mesa esperando a que mi mamá sirviera mi plato.

—Buenos días señorita -llegaba mi madre dándome un dulce beso en la cabeza- ¿Cómo estuvo tu noche? -preguntó mientras dejaba mi plato con huevos y tocino enfrente de mi.

—Estuvo bien...pero el día va a ser mucho mejor -le respondí con una sonrisa.

—¿Y a que se debe el buen humor de hoy? -preguntó curiosa mientras sonreía.

—Tal vez hoy, Brittany por fin sea mi novia -de tan solo pensarlo me daban escalofríos en todo el cuerpo.

—¿En serio? ¿Y qué tienes planeado?

—Pues... -me quede pensando un minuto, en realidad no había planeado nada, solo iba a decírselo- Hoy me invitó a su casa, y vamos a ver películas, iba decírselo ahí -me encogí de hombros.

—¿Solo así? -negó con la cabeza- Piensa como mujer Santana, tal vez puedas darle flores o alguna cosa que le gusta, la conoces muy bien.

– A Brittany le gusto yo, ¿A caso me tengo que meter en una caja de regalo? -pregunte confundida. Ella solo río.

–Eres igual que tu padre -río negando con la cabeza-Tal vez, solo deberías darle flores.

–Lo pensare hoy en la escuela -me volví a encoger de hombros mientras terminaba mi comida.

–¿Quinn pasará por ti? -preguntó.

–Sí, como todos los días -escuche el claxon desde afuera- De hecho, creo que debe ser ella.

Me asomé por la ventana para comprobar si ya estaba ahí, y sí, ahí estaba mi mejor amiga en todo el mundo esperándome en su coche que parecía una lata de sopa.

–Ya tengo que irme, mamá -le di un beso en la mejilla- Te veré en la tarde, dormiré con Brittany hoy, así que solo vendré por ropa y algunas cosas.

–No quiero que hagas cosas indebidas, Santana Marie -me dijo fingiendo seriedad- Ten un buen dia -dijo esto último en casi un susurro.

Salí de mi casa, directo al auto de Quinn, ahí me di cuenta que sus hermanos pequeños estaban ahí.

Después de la muerte. (Adaptación Brittana)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora