Después de la muerte. (Adaptación Brittana)

Capítulo Dieciocho.

Brittany POV

-Llevas 15 minutos buscando que ponerte, es solo una cita -Decía Quinn que estaba acostada boca abajo en mi cama, frente a una pequeña fila de ropa.

–Primero, no es una cita -hablaba con la cabeza dentro del armario- Segundo, ¿ves toda la ropa que hay aquí? No tengo nada.

–Estoy segura que a Santiago no le va a importar lo que lleves.

–¿Te ha dicho algo? -asome la cabeza para mirarla, tenía su vista fija en el teléfono.

–Me refiero...no parece de esa clase de chico que se fija en lo que una mujer lleve puesto, solo quiere ir a cenar contigo -se encogió de hombros mirándome.

–¿Tú cómo puedes saber eso? -pregunte saliendo del clóset para ir a sentarme a su lado en la cama.

–Yo...no lo sé, es una suposición.

–¿Crees que sea buena idea salir con él? -agache la mirada- Me refiero, él es tan...

–¿Tan qué, Brittany?

–Olvídalo, son tonterías -negué con la cabeza tratando de dejar de darle importancia.

–¿Tan parecido a Santana? -preguntó completado la frase por mi, la mire rápidamente. El primer día habíamos hablado del increíble parecido que tenían pero solo había quedado así. Nunca lo habíamos vuelto a mencionar- Entiendo cómo te sientes, Brittany, pero tienes que entender que Santana, ya...

–Ya murió -complete volviendo a dirigir mi mirada al suelo.

–Ella está mucho más cerca de lo que tú crees -me dio una sonrisa cálida- Le hubiese gustado que salieras con él.

–¿Tú crees? -pregunte de nuevo aún insegura.

–Por supuesto, sé lo mucho que se gustaban, y por lo que me contaste acerca del médium, creo que es obvio.

Tal vez Quinn tenía razón, tenía que seguir con mi vida, cada vez que trataba de dar un paso hacia adelante, algo por más mínimo que fuese, me llevaba para atrás de nuevo.

Era hora de continuar sin ella.

–Supongo que debes de ayudarme a escoger que ponerme, ¿no? Para eso te llame -la empuje levemente con el hombro haciendo reír a ambas.

–No te arrepentirás de esto, Brittany, lo juro.

–Confiare en ti, Lucy Quinn Fabray.

Santana POV

–¿Quieres calmarte? Solo irán a cenar -Decía Marley que estaba sentada en el escritorio de mi habitación mientras jugaba con mi teléfono.

–Deberías de ayudarme a escoger que ponerme, para eso eres mi ángel guardián -le lance una camiseta a la cabeza tapándola por completo.

–De acuerdo -se quitó la camiseta de la cabeza y se levanto de la silla del escritorio- Vas a terminar usando pantalones negros, y una camiseta de otro color, siempre es lo mismo contigo, San.

–Tú siempre pareces una monja, y yo nunca te digo nada -le reclame aguantando la risa al ver su rostro de "enojo"

–Soy un ángel, ¿qué esperabas? -preguntó alzando sus brazos.

–Mejor sentido de la moda, tal vez -no pude más y solté una pequeña risa, dejándola confundida.

–¿Qué es tan gracioso? -se cruzó de brazos, mirándome con enojo mientras yo reía por lo bajo.

–Que cuando estás enojada, no lo pareces -me senté en la cama, indicándole que se sentara a un lado de mi.

–Eres idiota -me golpeó el hombro- No es para tanto, solo usa lo de siempre, a Brittany le gustara.