Capítulo Veinte.

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–¿Qué? -preguntó Bree retrocediendo de mí hasta topar con un casillero.

Lo había arruinado, era todo, ella había escuchado perfectamente, estaba totalmente jodido.

–Yo...Bree, tienes que calmarte un poco y...

–¿Acabas de decir que tú eres Santana? ¿Que clase de broma enferma es esta? -preguntó con el visible enojo en sus ojos, que estaban acompañados de lagrimas que amenazaban con salir.

–No dije eso -dije y ella negó riendo sarcásticamente.

–Eres un maldito enfermo! -escupió y salió corriendo por el pasillo a toda velocidad, iba a salir tras ella pero era muy tarde; lo había arruinado.

–¿¡Que hiciste qué!? -me gritaba Marley totalmente enojada, a su lado estaba Quinn negando con la cabeza baja.

Estábamos en casa de Quinn, después de lo que había pasado con Bree les había dicho a ambas que si podíamos hablar ahí para contarles lo que había sucedido.

–En verdad lo siento, ella gritaba un sin fin de cosas y yo...yo no supe lo que dije -jale levemente mi cabello en señal de frustración.

–Sabes lo que esto significa, ¿no es así? -se calmó un poco para hacerme la pregunta.

–Sé perfectamente lo que significa, pero debe de haber otra forma, podríamos explicarle a Simon que ella no parecía creerme y...

–No puedo creer que lo hicieras, esto es...eres un idiota! -gritó de nuevo haciendo que Quinn levantara su cabeza, ya que Marley nunca gritaba para nada.

–Calmémonos un poco, ¿de acuerdo? Mi mamá está abajo y puede escuchar todo esto -Quinn se levantó de su cama para llamar nuestra atención- ¿Qué vamos a hacer? No puedes volver ahí, no ahora que Brittany está mostrando interés en ti.

–Tenemos un día antes de que Simon tome las medidas correspondientes, puedes despedirte hoy en la fiesta -Mar se mostraba aún más decepcionada que yo, y con más razón, ella perdería sus alas para siempre.

–Tú puedes hablar con él, tú eres mi ángel guardián...

–Tenía que cuidarte, San, cuidarte de esas cosas, de que no metieras la pata, no soy un padrino mágico que se va cuando tú dices algo, nos vamos los dos -se dejó caer en la cama ruidosamente

–No puedo creerlo, realmente jodi todo, ¿no es así? -les pregunte a ambas

–No puedes irte San, te volví a tener y ahora te voy a volver a perder una vez más, no es justo -decía Quinn apartando de sus ojos las pequeñas lágrimas que salían.

–No quise que esto pasara, estoy muy arrepentido, no sé...no sé qué hacer, tenía de nuevo a mi familia, a mis amigos -estaba conteniéndome de ponerme a llorar- A esta altura de seguro Bree ya le dijo todo a mis padres y a Jake.

–Vas a ir a tu casa, vas a pretender que no sabes nada, te cambiaras para la fiesta de hoy, y ahí te despedirás de todos, incluso de Brittany...yo haré lo mismo.

–No puedo pasar por lo mismo de nuevo Marley, yo...solo no puedo... -Quinn ya era un mar de lagrimas a este punto.

–Quinn, en verdad lo siento -me levante de donde estaba sentado para ir a abrazarla pero ella se apartó rápidamente.

–No me abraces de nuevo si vas a volver a irte, no lo soportaría -con la manga de su blusa limpiaba las lágrimas que salían cada vez más rápido.

–No fue mi intención y bien lo sabes -le respondí ya sin vergüenza alguna de que me viesen llorar.

–De nada sirve disculparse, Santiago, lo echo, echo está -decía Mar ya más calmada, asimilando un poco la situación.

Después de la muerte. (Adaptación Brittana)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora