Después de la muerte. (Adaptación Brittana)

Capítulo Veintiséis.

–Te digo que me acaba de invitar, lee el mensaje -le pase el teléfono a Mar para que le leyera- Quiere que vaya a su casa hoy.

–No lo sé Santana, no me parece confiable -Mar negó con la cabeza no muy convencida- No sabemos cómo es ella ahora.

–Es Brittany de la que estamos hablando, no un asesino serial...

–Lo mismo decíamos de Quinn, y mírala ahora, su actitud es deprimente, no habla con nadie, solo se dedica a mirar a Rachel con ansias, me da miedo.

–¿Crees que debería ir? -le pregunte una vez más- Quinn es completamente diferente.

–Mira, yo no puedo interferir en tus desiciones, esa era una de las reglas, tienes 6 días para encontrar tu lugar aquí y tú lo quieres desperdiciar yendo a quien sabe dónde, deberíamos estar buscando la forma de que hables con tus padres, no estás aquí para jugar a la adolescente enamorada -Mar hablaba tan seriamente que me daba miedo.

–Tranquila, solo te estaba preguntando -alce los brazos en señal de que se tranquilizara un poco, aunque en el fondo sabía que tenía razón.

–Ya cometimos el error una vez, no permitiré que pase de nuevo...

–¿Entonces qué hacemos? -pregunte de nuevo.

–La fiesta de Brittany es el viernes, y dices que ya te invito, según mis cálculos, el viernes es tu último día para que decidan si te quedas o no, puedes hacer todo lo que quieras el viernes, por ahora, tenemos que encontrar la forma de que vayas con tus padres -Íbamos en el coche, camino a nuestro hotel, el clima iba empeorando y una lluvia inevitable se acercaba, pocas gotas empezaban a caer.

–¿Cómo haremos eso?

–Tengo entendido que mañana compartes clase con Bree a las 11, le hablaras, te harás su amiga y veremos qué pasa, ¿de acuerdo? -asenti con la cabeza, no quería hacerla enojar de nuevo.

–¿Y ahora que? -el agua de la lluvia se soltó fuertemente, al grado de querer caer granizo.

–¿Qué le pasa al clima ahora? -me preguntó Mar mientras subía su vidrio.

-Diablos -maldije ganándome la mirada asesina de Marley- Lo siento, la costumbre.

–Hey, mira hacia allá! -Mar me señaló con el dedo a una parte en específico de la calle haciendo que me sobresaltara; era Quinn.

–Se está empapando, ¿qué hacemos? -le pregunte rápidamente.

–Estaciónate a su lado y baja tu ventana -hice lo que me dijo, aunque al principio ella no se dio cuenta.
Me acerque, baje mi ventana y le dije;

–Quinn! -grite pero parecía no escuchar por el sonido de la lluvia- ¡Quinn! -intente de nuevo ganado su atención esta vez- ¿Quieres un aventon?

–No -dijo secamente y siguió caminando, rápidamente mire a Mar.

–No la vamos a dejar aquí, eso está claro -dijo convencida.

–Vamos, iremos por un café, ¿de acuerdo? -volví a ofrecerle.

–¿No entiendes lo que significa "no"? -trataba de taparse del agua con una libreta que tenía, pero obviamente no servía para nada, estaba toda mojada.

–Estas muy lejos de tu casa, vamos -dije sin pensar.

–¿Cómo sabes dónde está mi casa? -se detuvo en seco a pesar de mojarse más.

–Supongo -me encogí de hombros- ¿Vienes o no? No somos malas personas.

Quinn lo pensó por un momento, pero al ver que la lluvia no tenía ningún indicio de parar, por fin acepto.