Después de la muerte. (Adaptación Brittana)

Capítulo Veintiuno.

¿Lo acababa de llamar Santana?

–¿Cómo es que se fue? -le preguntó Santiago con una visible preocupacion levantándose de dónde estábamos.

–No sé, yo le iba a presentar a un amigo y... -Quinn explicaba con bastante nerviosismo, pero sin soltar su vaso.

–¿Un amigo? ¿Quién era? -preguntó de nuevo, yo solo veía como se gritaban debido a la música que volvía a resonar por todo el lugar.

–Se llamaba Blaine y tenía otro amigo, era el chico nuevo.

–¿Ryder? -le pregunte a lo cual Quinn asintió rápidamente.

No tuve tiempo de decir otra cosa cuando Santiago ya se había ido corriendo.

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Santana POV

Parecía que las cosas iban de mal en peor, si no era una cosa, era otra.

¿Dónde iba a encontrar a Marley? ¿A dónde podría correr? ¿Por dónde empezar a buscar? La casa de Jesse era grande, y si le sumábamos la ola de gente que había en cada rincón, estaba perdido.

Había visto a Ryder junto a la piscina del patio, lo vi confundido, y con más razón, para él, Marley estaba muerta, y pero aún; por su culpa.

Nunca pude preguntarle a Mar si Ryder tuvo castigo por lo que hizo o si tuvo cargos en su contra, me pareció fuera de lugar haberle echo esa pregunta, así que no lo hice. Pero todo me decía que no era así.

Ademas, que gran momento para irte Mar, acababa de besar a Brittany por primera vez en todas mis dos vidas, y había sido jodidamente asombroso, pero no todo era perfecto, por qué lo más seguro era que esa noche iba a volver al cielo, sin siquiera poder explicarle a Brittany por qué.

–Dios mío, ¿qué hice para que me estés tratando de esta manera? -estaba en la calle mirando a el cielo sin recibir respuesta alguna, aguantando las lágrimas, repasando cada detalle de mi vida para recordad en qué momento fui tan mala persona para que algo como esto me pasara esto.

–Santiago -escuche una voz a mi espalda; era Quinn de nuevo- ¿La has encontrado?

–No -negué con la cabeza secando mis pequeñas lagrimas con la manga de mi camisa- Llevo rato buscándola y no ha pasado nada.

–¿Por qué se ha ido de esa manera? ¿Ella conoce a Ryder?

Tuve que explicarle a Quinn todo lo sucedido, me sentí mal por hacerlo, pero, ya iba de regreso al cielo, ya no tenía nada que perder, se sentía como el peor día de mi vida.
Le explique lo más resumido que pude, ella me miraba atenta a todo lo que decía, quebrándome al verla llorar cuando le confesé quién era Ryder y lo que le había echo a mi pequeño ángel.

–Tenemos que encontrarla, San, y tenemos que hacerlo ahora.

Ella no estaba en el patio, ni en la cocina, ni en el sótano, llevábamos un buen rato buscándola y nada; Marley se había ido.

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Quinn y yo llevábamos caminando un buen rato por el vecindario, no había ninguna señal de ella, y la desesperación estaba a punto de consumirme.

Estábamos cerca de la casa de mis padres, no había llegado ahí por miedo a que Bree ya hubiese contado todo, no tenía cara para verlos, pero tenía que hacerlo.

–¿Vas a entrar? -me preguntó Quinn, estábamos justo a la entrada de la casa.

–¿Crees que debería? -le devolví la pregunta, a lo que ella se encogió de hombros.