Después de la muerte. (Adaptación Brittana)

Capítulo Doce.

(Antes de, les pido por favor que voten en esta historia, eso me motiva mucho a seguir escribiendo, y se los agradecería muchísimo  <3)

Santana Pov.

El fin de semana paso demasiado rápido para mi gusto, la mayor parte del tiempo me la había pasado en mi habitación, escuchando música esperando que algo interesante pasara, pero no.

Después de haber escuchado la historia de cómo Marley murió, empecé a tomarle mucho más cariño del que le tenía, ella era un ángel, mucho antes de morir, no se merecía nada de lo que le había pasado, me rompía el corazón tener que pensar que alguien se atrevió a hacerle tal daño a esa chica que nunca perjudicaría ni a una mosca.

Era Lunes, mi primer Lunes en la escuela como Santiago, estaba demasiado nervioso, vería de nuevo a Brittany, y después de haber visto mi horario me di cuenta que compartía clases con ella, al igual que con Quinn y Rachel.
Lo mejor era que ahora la gente ya podía ver a Marley, e iría conmigo a la escuela, eso hacía las cosas aún más fáciles para mí.

Tome un baño, y me dispuse a vestirme, ¿que visten los chicos para ir a la escuela?

Nunca me atrajo ningún chico en lo absoluto, solo la vez que Quinn me hizo salir con Mike, así que la ropa que ellos usarán no me interesaba mucho.
Odiaba ser lesbiana en estos momentos, no sabía cómo ser un chico.

Tome un pantalón, una camiseta de cuadros y una corbata, y unos tenis Nike que me quedaban un poco grandes. Me mire al espejo y me gusto lo que vi, solo despeine un poco mi cabello y estaba listo. Y no era por presumir, pero en verdad me veía guapo.

Tome mi mochila y baje directo hacia el coche, no sin antes desearle un buen día a Maribel, deseando que algún día se diera cuenta de quién soy.

–¿Estamos listos? -me preguntó Marley una vez que entre al coche.

–Listos -conteste mirándole de arriba hacia abajo mirando la ropa que traía- ¿Vas a la escuela o a un convento? -pregunte riendo. Llevaba una falda un poco muy larga para mi gusto, tacones bajos, y una blusa de manga y cuello largo.

–¿Qué? ¿Qué hay de malo con mi ropa? -se examinó todo el cuerpo mientras yo seguía sonríendo divertido.

–Nada, es solo que...te ves un poco...sofocada, ¿por qué vas tan tapada?

–Voy contigo solo a cuidarte, no a un desfile de moda -se encogió de hombros seriamente.

–Sí, entiendo esa parte, pero, vas a entrar a clases y todo eso, van a pensar que eres una monja -volví a reír, ganándome un golpe en el hombro.

–Cállate, ni siquiera voy tan...tapada como tú dices.

–Dejando atrás eso, te ves bien -le dije sinceramente- ¿estás emocionada?

–Sí, en verdad lo estoy -me dio una sonrisa demasiado grande- y solo por eso...tengo una sorpresa.

–¿Una sorpresa? -alce la ceja- ¿Qué es?

–Te lo diré depende como vaya a ser este día, no puedes seguir metiendo la pata como lo hiciste el viernes.

–Por favor Mar, no voy a disfrutar el día si no me dices que es -le rogué moviéndola por el hombro- por favooooor.

–No -negó de nuevo- valdrá la pena esperar, confía en mí.

–¿Es algo bueno?

–Muy bueno -contestó sonríendo.

–Entonces no puedo esperar -metí la llave para encender el coche e irnos.

–Cállate y conduce -dijo Marley  haciéndome reír de nuevo- No puedo esperar para llegar.