La primera mirada a veces es inevitable, sucede muy a menudo, y casi siempre la historia termina aquí.
La segunda mirada es la más importante, ahí hay mucho en juego, y cualquier gesto extra dice un mundo.
La tercera mirada, cuando se produce ya h...
"Nunca se llega tarde a un amor que está destinado a ser tuyo"
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𝐗𝐕𝐈
⇜⇝ Valentina
NO ME LO PODÍA CREER. Habíamos vencido a Croacia 3-5. Su primer gol había sido estúpido. Un fallo de Unai que habría cometido cualquiera. Pero España llegó al 1-3 ganando. Luego les empataron, pero lograron meter otros dos goles. Cuando acabó el partido llegaron donde estábamos nosotros. Estaban todos detrás hablando pero un valenciano se acercó corriendo a mí.
—¡Valentina!—gritó Ferran corriendo hacia mí. El valenciano había marcado.
—¡Esa es Ferran!—grité mientras chocamos las palmas.
Reímos y le acompañé al vestuario.
—Luego nos vemos—me despedí mientras el se adentraba en el. Yo me quedé en la puerta, esperando a alguien. En cuanto lo vi corrí hacia él. Estaba sudado y con el pelo desordenado. Así estaba guapísimo.
—Me debes 10 euros canario—solté alegre. Después de la apuesta del otro día cuando él dijo que me despertaría más tarde que de normal, (qué al final se hizo realidad) no pude dejar de apostar con él para ganar algo de dinero. Esta vez yo aposté por que ganaban, pero el dijo que no.
—¿Es lo primero que me dices después de haber ganado un partido?—preguntó divertido.
—Bueno, vale, lo has hecho genial, enhorabuena bla, bla, bla.
—Que buena psicóloga—ironizó. Yo le pegué en el hombro.
—Pedri, tienes entrevista—avisó Luis.
—¿Eh?
—Sí, es cuando te preguntan cosas, tú las respondes...—ironizó Luis. Yo reí.
—Nadie me ha dicho nada—frunció el ceño.
—Sí, te lo he comentado esta mañana, pero estabas chateando con alguien y parecías muy interesado en la conversación—dejó caer. Cuando se fueron caí en que esta mañana estaba hablando conmigo.
Lo nuestro era extraño. Nos habíamos besado dos veces. Pero no creo que la primera vez contara. Lo hizo para callarme. Pero el segundo sí, aunque le hice un truco psicológico.
Pero eso daba igual.
Había veces, cuando estábamos solos o nos tocábamos que había una tensión sexual. Pero ambos la ignorábamos. Aunque no sabía sí él la notaba. Esperaba no ser la única. Subí a mí habitación. Pedri no subiría hasta dentro de un rato. Siempre se duchaban en el vestuario y tenían una charla con el míster. Así que yo me tumbé en la cama y miré el móvil por un rato. De repente me llamó Alice.
Se había ido hace un par de días, pero seguíamos en contacto. Nos habíamos vuelto súper amigas. Era como una maravillosa amiga.
