"Se ríe de las heridas el que no las ha sufrido"
𝐗𝐗𝐈𝐕
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ValentinaNO SE ME DABA BIEN MENTIR. Pero, ese día, lo intenté. La excusa que al final le dije a Sira fue que hace tiempo que no teníamos una noche de mejores amigas, y ella aceptó alegre. Cuando llegamos a mi apartamento alquilado de Madrid porque mi casa estaba en Barcelona, hicimos karaoke y nos pusimos mascarillas. Pedimos sushi y mientras vimos películas de romance chorras, quejándonos de todo lo que veíamos. Truman, que estaba a mi lado, comía en paz.
Nos estuvimos riendo viendo fotos nuestras y nos dormimos en el sofá mientras veíamos una película que habíamos puesto porque el actor era guapo, pero que estaba en otro idioma y no podíamos poner subtítulos. Nos inventábamos los diálogos y no parábamos de reír. Al final, junto a ella me olvidé de todo lo ocurrido.
En el sueño estaba en...¿El hospital? Pedri estaba a mí lado.
—¿Valentina? Valentina, sé que estás dentro.
No, no, no. Estaba reviviendo todo. Aunque mi mente quería decirle a mi cuerpo que no se moviese, mi cuerpo hizo caso omiso y caminó hacia la puerta.
No abras.
No abras.
La puerta se abrió sola y apareció un rostro reconocido. Tragué fuerte y caminé hacia ella. En algún punto tenía que enfrentarme a ella.
—Cuanto tiempo—murmuró.
—No lo suficiente.
—Veo que estás bien, ¿Qué te ha pasado?
—Anemia.
Ella soltó una risa. Estaba pasando exactamente lo que había pasado en el hospital.
—No puedo decir que no te lo merecieras—susurró.
—¿Para qué has venido?—pregunté tragándome el nudo en la garganta.
—Para ver como está mi hija—se hizo la inocente.
—Tu ¨hija¨ está muy bien, gracias. Ya te puedes ir.
—No le hables así a tu madre.
—Mi madre desapareció en el momento en el que se casó con ese gilipollas—apreté mis puños.
—Ese gilipollas es tu padrastro. Y solo hacía que educarte.
—Te aseguro que así no se educa a una persona—solté con furia.
—Sabes que te lo merecías. Y no hizo lo mismo con tu hermano porque era demasiado pequeño aún.
—Eres despreciable—caminé hacia atrás cuando una lágrima caía por mi mejilla.
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No me sueltes
FanfictionLa primera mirada a veces es inevitable, sucede muy a menudo, y casi siempre la historia termina aquí. La segunda mirada es la más importante, ahí hay mucho en juego, y cualquier gesto extra dice un mundo. La tercera mirada, cuando se produce ya h...