𝟐𝟐 | Oscuridad

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"Tienes el poder de llenarme cada vez que sonríes, y eso dice mucho más sobre tu risa que sobre mi vacío"

"Tienes el poder de llenarme cada vez que sonríes, y eso dice mucho más sobre tu risa que sobre mi vacío"

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𝐗𝐗𝐈𝐈

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Valentina

ME LEVANTÉ CUANDO NOTÉ ALGO ENCIMA MÍO. Me puse la otra mano en la cara y me incorporé para despertarme. Como no, Truman me comenzó a lamer la cara con efusividad.

¿Qué hora era?

Cuando me giré para mirar el móvil, me di cuenta de que eran las 7 de la mañana. Cuando tenía el día libre, me levantaba bastante tarde. Como no vi a Pedri por el cuarto, me metí en el baño para lavarme la cara.

Bajé las escaleras bostezando. Truman iba detrás mío como noble que era.

—Buenos días, Valentina—saludó Fernando.

—Buenos días—sonreí.

—Pedri está comprando comida, que yo soy un poco vago—admitió.

—Oh, yo también—reí divertida. Truman fue con Fer para jugar un poco con él. Ayer, después de comer con Pedri, dimos un paseo Fer, Pedri y yo, con Truman también, claro.

Fer me había caído muy bien. Se notaba que era muy buena persona, como su hermano. También era graciosillo y me contaba anécdotas de Pedri cuando era pequeño. Pedri por su parte reía.

—Tienes el vaso de leche ahí, Pedri te ha dejado el Colacao y el Nesquik ahí porque no sabe cual de los dos prefieres—habló. Yo asentí. Hice un sorteo, porque ni yo sabía cual prefería. Al final tocó el Nesquik, así que me puse y guardé ambos en el estante. Me acerqué al sofá, donde estaba Fer sentado. Cuando puso en la televisión Friends, me senté corriendo.

—¿Te gusta Friends?—pregunté emocionada.

—Claro, una de las mejores series del mundo.

—¡Por fin a alguien le gusta!

Estuvimos un rato hablando y viendo la serie. Pedri entró con bolsas en las manos.

—Buenos días—sonrió él.

—Buenos días—sonreí girándome hacia él. Truman fue corriendo hacia el canario. Se notaba que Truman le quería mucho.

—Siento decirte que tú y yo tenemos pendiente un viaje de 6 horas—me avisó.

—Creo que lo aguantaré.

Él sonrió y dejó todas las bolsas en la cocina. Luego subimos para hacer las maletas, aunque la mía ya estaba hecha. Bajamos y cogimos un par de guarrerías para el coche. Lo típico, papas, chuches y galletas. Aunque estaba segura de que Pedri no cogería nada de eso. Metimos a Truman en el coche y nosotros nos subimos delante.

No me sueltesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora