"Puede que no hayas sido mi primer amor, pero fuiste el amor que convirtió a todos los demás amores en irrelevantes"
𝐗𝐗𝐗𝐕𝐈
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PedriME DESPERTÓ LA LLAMADA DE MI MADRE. Bostecé antes de cogerlo y salir de la habitación con sigilo, aún sabiendo que Valentina no se despertaría si lo cogiera ahí mismo.
—¡PEDRO GONZÁLEZ LÓPEZ!—gritó mi madre a través del móvil. Eso me despertó completamente.
Alejé el teléfono del oído y unos segundos después me lo volví a poner cerca.
—¿¡POR QUÉ NO ME AVISASTES DE QUÉ VENÍAS A TEGUESTE!?
—No sé. Supuse que os lo diría Fer—me excusé.
—Pues no me lo dijo, no.
—Bueno, ¿Y cómo te has enterado entonces?—pregunté.
—Me lo ha dicho Valentina.
Yo me quedé parado.
—¿Valentina?
—Sí.
—¿Valentina mi novia? ¿Esa Valentina?
—Pues claro hijo. Hablo con ella, soy su suegra. Y me cae muy bien—aseguró.
—No lo sabía.
—Es que la llamé ayer cuando tu te estabas duchando. Ya sabes, la vecina Maruja me dijo lo del vídeo suyo y quise llamarla para darle ánimos. Al final acabamos hablando un rato.
Me pasé una mano por la cara mientras esperaba a que se hiciera el café.
—Pues que bien.
—Que bien que dejaras a Verónica. A esa chica no la aguantaba. No te merecía, Pedrito.
—Gracias por darme consejos sobre mis relaciones amorosas, querida madre—ironicé.
—Yo solo digo. Mira, ha venido el carnicero, cuelgo, ¿vale? He preparado un caldo de millo. Estoy eufórica por conocer a Valentina ya—soltó un chillido de emoción.
—Adiós mamá—me despedí sonriendo.
Cogí mi taza y escribí en una lista las cosas importantes que hacer antes de irnos, no quería que pasara lo mismo que cuando nos fuimos a Nueva York. Dudé en sí tendríamos que acercarnos a casa de Valentina a por algunas cosas, pero eso ya lo decidiría ella.
Decidí empezar por empacar mi maleta. Pero lo primero era sacar la maleta del armario empotrado. Después de pelearme con miles de bolsas y cosas que caían de los estantes de arriba, conseguí sacar la maleta.
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No me sueltes
FanfictionLa primera mirada a veces es inevitable, sucede muy a menudo, y casi siempre la historia termina aquí. La segunda mirada es la más importante, ahí hay mucho en juego, y cualquier gesto extra dice un mundo. La tercera mirada, cuando se produce ya h...