PROFECÍAS OCULTAS || [#1] Entre Fragmentos [COMPLETA]

30. Cumpleaños feliz.

"No soy la presa, soy el cazador".

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MORGAN.

He estado practicando con Dorian y no me cabe la felicidad.

La mayoría de mis habilidades por fin han despertado, y por ahora, las únicas que domino en el ámbito psíquico son la telepatía, clarividencia y retrocognición. Aunque la instructora McShall dice creer que puedo desarrollar aún más, lo que me hace sentir excepcional, ya que soy la única en todo el internado que tiene —o tendrá más bien— más de tres habilidades psíquicas. Todos los demás como máximo tienen una habilidad psíquica.

Ahora bien, hablando de las habilidades psiónicas, estas son las que más me emocionan —ya que es muy raro quien logra tenerlas genéticamente o adoptarlas —ya que solo son dos, y yo, nuevamente me alegra decir que soy una de esas pocas. He logrado crear bolas psíquicas por medio de la mente, que, según me explico Dorian, mientras más relajada esté puedo generar la energía necesaria para lanzarlas.

Y, por último, pero mis favoritas están las habilidades quinéticas, las cuales me atrevo a decir que tengo las mejores. En menos de una semana logré dominar la telequinesis, atmoquinesis, crioquinesis y electroquinesis.

En una práctica con Ruth, me estuvo analizando, y me comentó cuales son las otras habilidades quinéticas que poseo, siendo estas: Fargoquinesis, hidroquinesis, levitación, magnetoquinesis, prioquinesis, umbraquinesis, aporte, e intangibilidad.

Las habilidades quinéticas son las únicas que puedes percibir en un individuo, pero para esto debes haber desarrollado las psíquicas primero. Acorde a lo que dijo Ruth, cree que soy nivel Omega, e hizo bastante énfasis en que nunca nadie había logrado llegar a ese nivel, por lo que evidentemente, me volví a sentir superior a los demás, y no pueden culparme. Ser la mejor siempre ha sido mi mayor ambición.

Mejor cumpleaños no pude haber tenido en la vida. Lleno de tantas buenas noticias. Algo tuve que haber hecho bien para que me pase todo esto a mí. Aunque claro que no hay cosa que siquiera pueda hacer mal.

Hace unas horas tuve una junta con la rectora, y por primera vez desde que la conozco, vi una sonrisa sincera en su rostro. Llena de orgullo. Todo gracias a que con mis instructores fuimos a darle la noticia de mis grandes dones. Desde ese momento, decidió que haríamos una cena familiar para celebrar, y de paso podría tomarlo como un festejo para mi cumpleaños.

La verdad, nunca me he detenido a pensar lo que es una celebración de cumpleaños, ya que no es algo que me importe. Me resulta irrelevante y aburrido. No hay nada como entrenar, practicar y seguir entrenando.

Omito a Jace en esto, ya que desde que llegué no he querido hablar con él. No es que sea rencorosa, pero me repugna el hecho de que haya sido tan débil como para permitir que lograrán lavarle el cerebro.